La ausencia de lluvia en Mesopotamia trae consecuencias graves para millones de personas

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09/11/2021 - 11:08
Lago seco debido a la escasez de lluvia/Pixabay

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Las cuencas del Éufrates y el Tigris siempre se han mantenido llenas de vida, de agua, dispuestas a ver cómo la civilización humana crecía y crecía sin parar. Ahora, algunas zonas y acuíferos subterráneos no cuentan con el mismo suministro de agua que tenían años atrás. Esto ha provocado consecuencias como la muerte de peces, el empeoramiento en la producción agrícola o el incremento de las enfermedades. Los expertos y la ONG muestran su preocupación ante esta imagen desfavorable y pesimista.

La ausencia de lluvia ha causado que la tierra no de frutos

Süleyman Iskenderoglu explica el problema de la ausencia de lluvia en la producción de frutos, “Si normalmente una hectárea da 4.000 o 4.500 kilos de trigo o cebada, este año apenas han sido 500 o 600; pero se ha cosechado para forraje, porque las plantas no han dado cereal”. Además, los agricultores culpan a las supuestas ayudas del Gobierno las cuales no cubren ni la décima parte de sus pérdidas. Mohammed Ibrahim, un agricultor define su cruda y real situación: “Yo he perdido 300.000 liras, unos 30.000 euros, y hay muchos compañeros que no están pudiendo plantar porque no les llega para el abono”. Junto a estos lamentos, Mohammed teme que la agricultura se acabe debido a la falta de lluvia.

La situación es crítica en Turquía, a pesar de que es el sitio donde nacen el Éufrates y el Tigris, la lluvia provoca la falta de pasto también para el ganado y hace que la tierra se desertifique, algo que no pasaba desde hace años.

“El agua subterránea no pueden beberla ni los animales. Si riegas las plantas con ellas, se mueren”

La ONG Norwegian Refugee Council (NRC), recogía algunas declaraciones acerca de la falta de agua y la utilización de las reservas disponibles, embalses y acuíferos, algo que afecta a Irak debido a la falta de mantenimiento de presas, sistema de riego y red de depuración. “El agua subterránea no pueden beberá ni los animales. Si riegas las plantas con ella, se mueren. Tenemos que comprar bidones y somos una familia de 11 personas. Entre lavarnos, beber y otras cuestiones, gasto al mes unos 90.000 dinares, 55 euros en ella”.

Estas son algunas declaraciones de familias que están sufriendo las consecuencias de esta ausencia de lluvia, que dependen de la producción agrícola para sobrevivir, al igual que su ganado. Esto está provocando que muchos emigren a las ciudades, junto a otros millones de desplazados. El Gobierno iraquí pide asistencia técnica y financiera de los donantes. Irán, que controla un 10 % del caudal del Tigris, ha acelerado su programa de presas en estos últimos años para luchar contra las sequías. Un total de 12 millones de personas de Siria e Irak están perdiendo el acceso al agua, al alimento y a la electricidad.

El norte y el este de Siria también se enfrentan a la escasez de agua

Toda la zona del norte y el este de Siria, se enfrentan a la escasez de agua, incluyendo las áreas bajo control turco. El jefe de misión de Médicos Sin Fronteras (MSF) explica que “si la situación es mala para los autóctonos, para los desplazados es varios grados peor”. El aumento en los precios de los alimentos, la sequía, las condiciones de los desplazados por la guerra… situaciones que han terminado provocando un aumento en las enfermedades. Unas enfermedades que se han unido a la cura de la Covid-19.

Por si no fuese poco, el recorte del presupuesto con el que funcionan las ONG también ha sido de gran dimensión. Ahora, las personas intentan paliar la situación, pero no pueden cubrir todas las necesidades sin la ayuda de organizaciones y entidades sociales y públicas, a las que también se les está atacando.

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