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La miopía es un problema visual muy común, pero cuando alcanza niveles elevados, como ocurre en la miopía magna (también llamada miopía patológica), puede convertirse en un factor de riesgo para la salud ocular.
La miopía magna se define generalmente como una graduación superior a 6 dioptrías y está asociada a un aumento significativo del riesgo de desarrollar enfermedades oculares graves, como desprendimiento de retina, glaucoma y degeneración macular. Estas complicaciones pueden afectar seriamente la calidad de vida y, en algunos casos, llevar a la pérdida irreversible de la visión.
¿Qué es y por qué es peligrosa?
La miopía magna es una forma severa de miopía en la que el globo ocular está más alargado de lo normal. Este crecimiento anómalo provoca que las imágenes no se enfoquen correctamente en la retina, sino delante de ella, lo que genera una visión borrosa de lejos. El principal problema de esta patología no es solo la dificultad para ver bien, sino que el alargamiento del ojo debilita las estructuras internas, especialmente la retina. Esto hace que las personas con miopía magna sean mucho más propensas a sufrir complicaciones graves, como el desprendimiento de retina, el glaucoma y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
El desprendimiento de retina es una urgencia médica que puede causar pérdida de visión si no se trata a tiempo. El glaucoma es una enfermedad que daña el nervio óptico y puede llevar a la ceguera si no se detecta y controla. La degeneración macular afecta la parte central de la retina, dificultando la visión detallada y la lectura.
Síntomas y diagnóstico de las complicaciones asociadas a la miopía magna
Las personas con miopía magna deben estar especialmente atentas a síntomas como la aparición repentina de moscas volantes, destellos de luz, visión borrosa o distorsionada, y pérdida de visión periférica. Estos síntomas pueden indicar el inicio de una complicación grave y requieren atención oftalmológica urgente.
El diagnóstico precoz es fundamental para prevenir daños irreversibles. Por eso, los oftalmólogos recomiendan revisiones periódicas, incluyendo exámenes de fondo de ojo, tomografía de coherencia óptica (OCT) y pruebas de campo visual. Estas revisiones permiten detectar cualquier alteración en la retina o el nervio óptico antes de que aparezcan síntomas graves.
Prevención y cuidados para proteger la visión
Aunque la miopía magna tiene un componente genético importante, existen medidas que pueden ayudar a prevenir o retrasar la aparición de complicaciones.
Es fundamental evitar factores de riesgo como el tabaco, controlar la presión intraocular y proteger los ojos de la luz solar intensa. Además, es recomendable mantener una dieta equilibrada rica en antioxidantes y vitaminas A, C y E, que favorecen la salud ocular. En caso de detectar alteraciones, el tratamiento temprano puede marcar la diferencia entre conservar o perder la visión.
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