Bélgica no hace lo suficiente por la educación inclusiva

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13/08/2021 - 09:03
Cada niño tiene un PIA, un plan individual de aprendizaje.

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El Comité Europeo de Derechos Sociales dice que Bélgica no hace lo suficiente por la educación inclusiva. Este Comité es un organismo regional de derechos humanos que protege los derechos sociales. Los derechos sociales son, por ejemplo, la educación, la salud o tener una casa.

La educación inclusiva hace referencia a que todos los niños puedan ir al mismo colegio y aprender en la misma aula. Sin embargo, Bélgica no hace lo suficiente para que todos los niños con discapacidad intelectual puedan recibir una educación de este tipo.

De este modo, el pasado mes de febrero, el Comité Europeo de Derechos Sociales condenó a Bélgica. Un hecho que hasta ahora no ha aparecido en medios de comunicación. Nadie ha dicho nada y no podemos dejarlo pasar.

La Federación Valonia-Bruselas no hace lo suficiente para que los niños con discapacidad intelectual puedan tener una educación inclusiva

La Federación Valonia Bruselas es una organización que se dedica a la educación en Bélgica. Tras un largo procedimiento que ha tardado más de 4 años en resolverse, el Comité Europeo de Derechos Sociales (CEDS) falló a favor de las organizaciones denunciantes - Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) e Inclusion Europe - y condenó a Bélgica, y en concreto a las escuelas de la Comunidad Francesa (Federación Valona-Bruselas) por no realizar esfuerzos para la inclusión educativa del alumnado con discapacidad intelectual.

En esta condena se puso de manifiesto que “los argumentos esgrimidos por el país para justificar el mantenimiento de la educación separada para el alumnado con discapacidad intelectual, es decir, su interés así como el de los niños y las niñas sin discapacidad, demuestran que se encuentra lejos de lograr el cambio de actitud y el fin de los prejuicios necesario para alcanzar el respeto del derecho a la educación inclusiva”.

En concreto, los belgas han incumplido las obligaciones derivadas de los artículos 15 (derecho de las personas con discapacidad a la autonomía, la integración social y la participación en la vida de la comunidad) y 17 (derecho de los niños y los jóvenes a una adecuada protección social, jurídica y económica) de la Carta Social Europea revisada, debido a que no realiza esfuerzos suficientes para promover la educación inclusiva de los niños y las niñas con discapacidad intelectual en la enseñanza primaria y secundaria ordinaria impartida en las escuelas adscritas a la Comunidad Francesa (Federación Valona-Bruselas).

Bélgica ha violado claramente la Carta Social Europea

Opinión que comparten tanto el Delegado General de la Comunidad Francesa para los Derechos del Niño (DGDE) como el Centro Interfederal para la Igualdad de Oportunidades y la Oposición al Racismo y la Discriminación (Unia), que presentaron sus observaciones a favor de los demandantes.

El estudiante con discapacidad es un estudiante como cualquier otro. No debemos ver a un niño como un estudiante con discapacidad, sabiendo que tiene alguna discapacidad física o mental. Cuando hablemos de la evolución pedagógica de los alumnos, los estudiantes con discapacidad deben formar parte del grupo.

La integración es beneficiosa en ambos sentidos, la educación inclusiva nos beneficia a todos, ya sea para el estudiante con discapacidad como para los demás estudiantes, e incluso a los padres. En este modelo educacional hay intercambios, una relación, una bella evolución a todos los niveles.

La 'educación especial' se implantó en Bélgica en 1970

Lo cierto es que hace más de un siglo que el sistema escolar belga intentó dar respuesta a la necesidad de escolarizar de forma adecuada a los niños con algún tipo de discapacidad. La ley de 19 de mayo de 1914 fue el primer intento aunque por entonces se hablaba de 'niños anormales'. Como en 1924, cuando la preparación para los profesores empezó a incluir un “certificado de aptitud para la educación de anormales” y se empezaron a crear grupos de alumnos con discapacidades en las escuelas públicas ordinarias. 

Una ley de 1970 empezó a modernizar aquel sistema. Se creó oficialmente la educación especial para niños y jóvenes de tres a 21 años y se incluyó seguimiento pedagógico y paramédico. Se crearon escuelas especializadas y se organizó el transporte escolar. En 1986 se permitió por primera vez que los niños con alguna discapacidad física, sordera o ceguera pudieran acudir a la escuela ordinaria.  

La evolución ha sido ir integrando en el sistema ordinario a los niños con discapacidades leves y, desde 2004 se puso el foco en que los medios y profesores de la educación especial se dedicaran a la integración de los niños con discapacidades leves en el sistema ordinario.

El sistema también busca desde entonces que los alumnos con necesidades especiales puedan integrarse en la educación ordinaria de forma temporal o permanente, aunque siguen recibiendo una atención especializada. Para eso hay coordinación entre los responsables de educación ordinaria y de educación especializada, además de con los padres. 

Los padres son los responsables últimos de la decisión de que el niño con alguna discapacidad vuelva al sistema escolar ordinario. Y el niño puede en teoría estar inscrito a la vez en educación especial y ordinaria, pero esa doble inscripción necesita la aprobación de los especialistas de la educación especial. 

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