
Lectura fácil
La igualdad de género en el empleo cultural europeo ha alcanzado en 2024 su nivel más equilibrado de la última década, con casi paridad entre hombres y mujeres. Sin embargo, pese a estos avances en la representación laboral, las diferencias salariales entre ambos géneros persisten en diversos sectores culturales, lo que pone de manifiesto que el camino hacia una igualdad plena aún continúa. La brecha de género y su posible reducción sigue apenas intacta.
Reducción histórica de la brecha de género en el empleo cultural europeo
Durante la última década, la Unión Europea ha experimentado un importante avance en la igualdad de género dentro del sector cultural. Entre 2015 y 2024, la brecha de género en actividades culturales se redujo considerablemente, pasando de una diferencia de 6,4 puntos porcentuales en 2015 a tan solo 0,8 puntos en 2024.
En términos concretos, mientras que en 2015 los hombres representaban el 53,2 % del empleo cultural y las mujeres el 46,8 %, para 2024 la distribución fue casi paritaria, con un 50,4 % de hombres y un 49,6 % de mujeres.
Este dato, publicado recientemente por la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), representa la brecha de género más baja registrada en el empleo cultural de la última década y desde que se dispone de datos en este ámbito, que comenzó a recopilarse en 2011.
Este avance refleja el esfuerzo de los países europeos por fomentar la participación femenina en sectores creativos y culturales, contribuyendo a una mayor diversidad y representación y poder frenar la brecha de género.
Distribución desigual según países y sectores culturales
Aunque la tendencia general es hacia una mayor igualdad, el equilibrio de género varía considerablemente entre los Estados miembros de la Unión Europea. En 2023, en 16 países europeos, la proporción de mujeres empleadas en el sector cultural superó a la de hombres.
Los casos más destacados fueron Letonia y Estonia, donde las mujeres superaron a los hombres por 32,6 y 24,2 puntos porcentuales, respectivamente. Esta diferencia refleja cómo algunos países han avanzado más rápidamente en materia de igualdad de género en el ámbito cultural.
Por otro lado, en 11 países de la UE, los hombres siguen siendo mayoría en el empleo cultural. España e Italia presentaron las mayores brechas, con aproximadamente 10 puntos porcentuales más de hombres empleados en comparación con las mujeres.
En contraste, países como Grecia, Rumanía y Austria lograron casi un equilibrio perfecto entre ambos géneros, con diferencias mínimas.
Este panorama desigual muestra que, aunque el progreso es evidente, la igualdad de género en el empleo cultural no se ha alcanzado de manera uniforme en toda Europa. Algunos factores culturales, sociales y políticos locales influyen en la representación de mujeres y hombres en el sector y en la brecha de género.
Persistencia de la desigualdad salarial pese a la igualdad en el empleo
Si bien la representación de mujeres y hombres en el sector cultural se ha equilibrado, las diferencias en los ingresos siguen siendo un desafío importante. Los datos de 2022 revelan que, a nivel europeo, un 16,1 % de las mujeres empleadas en actividades culturales ganaba salarios bajos, definidos como ingresos que no superan dos tercios del salario bruto medio por hora en su país. En comparación, solo el 11,2 % de los hombres en el sector percibía salarios bajos.
Esta desigualdad salarial no es exclusiva del sector cultural, pero en este ámbito resulta especialmente preocupante, ya que se repite en todas las ramas analizadas. Por ejemplo, en la impresión y reproducción de soportes grabados, el 25,9 % de las mujeres tenía salarios bajos, frente al 12,4 % de los hombres.
En la producción cinematográfica, de vídeo y programas de televisión, así como en la grabación de sonido y edición musical, el porcentaje fue del 23 % para mujeres y del 15,1 % para hombres.
Estos datos evidencian que, aunque se ha avanzado mucho en términos de acceso y empleo, la igualdad económica aún está lejos de alcanzarse. La brecha de género en salarios sigue siendo un reto clave para garantizar una verdadera igualdad de género en el sector cultural europeo.
Añadir nuevo comentario