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Miles de mujeres en España toman a diario anticonceptivos hormonales. Nuevas investigaciones advierten de un posible vínculo entre su uso y un leve aumento del riesgo de cáncer de mama, aunque los expertos piden no alarmarse y destacan también sus beneficios para la salud femenina.
Un medicamento bajo la lupa: su uso diario podría estar vinculado al cáncer de mama
En el mundo de la medicina, los descubrimientos y las revisiones científicas son constantes. Uno de los enfoques más recientes recae sobre un medicamento que muchas mujeres en España consumen a diario: los anticonceptivos hormonales. Aunque su uso está extendido por razones de salud reproductiva y regulación hormonal, nuevos estudios señalan una posible relación entre su uso prolongado y un leve aumento del riesgo de padecer cáncer de mama.
El cáncer de mama sigue siendo el tumor más frecuente entre mujeres en España. Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), representa cerca del 30 % de todos los cánceres diagnosticados en mujeres, con más de 35.000 nuevos casos anuales. Por este motivo, se invierte mucho esfuerzo en investigar sus causas, factores de riesgo y posibles medidas preventivas.
Se ha identificado que factores como la obesidad, el consumo de alcohol o el tabaquismo pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta enfermedad. A esta lista, se suman ahora los tratamientos hormonales como una posible variable a tener en cuenta.
La evidencia científica sobre los anticonceptivos
Diversos estudios han explorado la posible relación entre el uso de anticonceptivos hormonales y el cáncer de mama. En particular, una investigación publicada en The New England Journal of Medicine señaló que las mujeres que utilizan anticonceptivos hormonales combinados —que contienen estrógenos y progestágenos— podrían tener un riesgo ligeramente más elevado de padecer este tipo de enfermedad.
La investigación, basada en el seguimiento de miles de mujeres durante varios años, encontró que este aumento de riesgo es real, pero leve. En términos numéricos, se estima que puede producirse un caso adicional por cada 7.000 a 10.000 mujeres usuarias al año. Es decir, el riesgo absoluto sigue siendo bajo.
Además, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud, ya había clasificado los anticonceptivos hormonales como “carcinógenos del grupo 1”, aunque siempre aclarando que los riesgos deben medirse en conjunto con los beneficios.
Beneficios que también deben valorarse
A pesar de los posibles riesgos, los expertos insisten en la importancia de no alarmarse. El uso de anticonceptivos orales no solo sirve para evitar embarazos no deseados, sino que también ofrece beneficios médicos comprobados. Entre ellos, una menor incidencia de cáncer de ovario, endometrio e incluso colon en mujeres jóvenes.
Gillian Reeves, directora de la Unidad de Epidemiología del Cáncer en la Universidad de Oxford y autora principal del estudio mencionado, ha subrayado que estos resultados deben interpretarse con cautela: “Los anticonceptivos ofrecen múltiples beneficios a largo plazo, y es importante valorar el riesgo relativo dentro del contexto general de salud femenina”.
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