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La presidenta nacional de la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural (Afammer), Carmen Quintanilla, instó este martes a las instituciones públicas a redoblar sus esfuerzos para garantizar que las mujeres rurales cuenten con las mismas oportunidades que las del ámbito urbano.
Durante su intervención en la Comisión de Igualdad del Senado, Quintanilla subrayó la necesidad de avanzar en materias clave como el empleo, el emprendimiento y la digitalización, ámbitos donde persisten profundas desigualdades.
Un Plan Integral de Corresponsabilidad y Conciliación para el medio y las mujeres rurales
Quintanilla propuso la creación de un Plan Integral de Corresponsabilidad y Conciliación específicamente diseñado para el medio rural. A su juicio, este instrumento sería esencial para favorecer la igualdad real entre hombres y mujeres, y permitiría mejorar las condiciones de vida de las familias que residen en pueblos y pequeñas localidades.
La presidenta de Afammer señaló que dicho plan debería acompañarse de un Pacto entre lo Rural y lo Urbano, con el objetivo de establecer puentes de cooperación que eliminen la brecha territorial que afecta de manera directa a las mujeres del campo.
En su comparecencia, Quintanilla insistió en la urgencia de ampliar el Plan Corresponsables del Ministerio de Igualdad a todos los municipios rurales, dotándolo de una financiación estable que garantice su continuidad. Asimismo, planteó la necesidad de reforzar la red de escuelas infantiles y centros de día, para facilitar la conciliación laboral y familiar.
La dirigente recordó que Europa cuenta con una Estrategia de los Cuidados que debería servir de guía en España para dignificar el trabajo de cuidado, promover la igualdad y fortalecer los servicios públicos de proximidad en las zonas rurales.
Otro de los puntos destacados de su intervención fue la violencia de género en el medio rural. Quintanilla reclamó la puesta en marcha de un plan específico para las víctimas que viven en pueblos y aldeas, con más recursos, programas de formación especializada y campañas de sensibilización adaptadas a las realidades de las mujeres rurales mayores.
Según señaló, la dispersión geográfica y la falta de servicios dificultan que muchas mujeres rurales puedan acceder a la protección y al acompañamiento necesarios.
Empleo, emprendimiento y arraigo femenino en el territorio
La presidenta de Afammer defendió la creación de un Plan Nacional de Empleo Femenino Rural, que incentive la contratación local, la formación adaptada a las necesidades del territorio y el autoempleo femenino. También abogó por impulsar la titularidad compartida en las explotaciones agrarias, medida que reconoce los derechos laborales y económicos de las mujeres rurales que trabajan en el campo junto a sus parejas.
Asimismo, reclamó políticas que fomenten el arraigo y el retorno de mujeres al entorno rural, con incentivos fiscales, acceso a vivienda asequible y apoyo a proyectos de emprendimiento que permitan revitalizar las comunidades locales.
La dirigente subrayó la importancia de garantizar una conectividad total en todos los municipios rurales. Recordó que aún existen pueblos donde “solo una acera tiene acceso a internet”, lo que demuestra la brecha digital que separa al campo de la ciudad.
Por ello, pidió programas de formación digital dirigidos específicamente a mujeres rurales, para que puedan competir en igualdad de condiciones y aprovechar las oportunidades que ofrece la economía digital. “No puede hablarse de igualdad de oportunidades si el acceso digital depende del código postal”, advirtió.
Entre sus propuestas, Quintanilla también planteó la creación de un Observatorio Estatal de la Mujer Rural, con el fin de recopilar datos, evaluar políticas públicas y diseñar estrategias de mejora desde una perspectiva de género y territorial. Según afirmó, este observatorio permitiría avanzar hacia políticas más eficaces y adaptadas a las realidades de cada comarca.
Más presencia femenina en la toma de decisiones locales
Finalmente, Quintanilla exigió que se refuerce la presencia de mujeres en los órganos de decisión del medio rural, como los Grupos de Acción Local, las mancomunidades y las organizaciones agrarias. Subrayó que la participación activa de las mujeres en estos espacios es fundamental para que sus necesidades y propuestas sean escuchadas y atendidas.
Concluyó su intervención afirmando que las reivindicaciones de Afammer “no son privilegios, sino futuro”, y que apostar por las mujeres rurales significa garantizar la sostenibilidad y el progreso del conjunto del país.
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