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Detectar el autismo a una edad temprana es fundamental para iniciar cuanto antes una intervención que ayude al niño dentro del espectro a desarrollar al máximo sus capacidades.
Durante abril, mes dedicado a generar conciencia sobre este trastorno que afecta a alrededor del 1 % de la población, unas 500.000 personas en España, es un buen momento para recordar las siete señales de alerta temprana que, según la asociación Autismo España, conviene tener en cuenta.
El autismo afecta la comunicación y la interacción social
El autismo influye principalmente en la capacidad para comunicarse, relacionarse socialmente y adaptarse con flexibilidad a distintas situaciones y formas de pensar. Aunque sus manifestaciones varían mucho de una persona a otra, quienes tienen un Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) pueden encontrar dificultades para entender el lenguaje, expresarse o interpretar las interacciones sociales. Estas particularidades se presentan desde la infancia y suelen mantenerse a lo largo de toda la vida.
La mayoría de los diagnósticos de autismo se realizan a partir de la observación del comportamiento de los profesionales de la salud especializados, sin que se utilicen análisis o pruebas médicas que lo respalden, a diferencia de otros síndromes como el síndrome del X frágil o el de Rett.
Señales tempranas para reconocer su diagnóstico
Con frecuencia, estos diagnósticos se hacen con retraso, a veces después de varios años, lo que resalta la importancia de detectar las señales tempranas, que son las siguientes:
- Mirada: Dificultad para mantener o establecer contacto visual, o para usar la mirada con el fin de captar la atención de los demás hacia lo que les interesa.
- Gestos: Pocos gestos o escasa comunicación gestual; no señalar para atraer la atención o compartir; dificultad para entender gestos de los demás.
- Sonidos y palabras: Uso limitado o nulo de palabras o sonidos con fines comunicativos; palabras o tono de voz inusuales.
- Intereses restringidos: Enfoque excesivo en ciertas actividades u objetos; resistencia a cambios en la rutina o en las actividades.
- Procesamiento sensorial: Búsqueda activa de estímulos, como movimientos repetitivos; respuestas atípicas, que pueden ser rechazo o atracción, frente a luces, sonidos o texturas.
- Respuesta al nombre: puede mostrar una aparente falta de interés o indiferencia cuando se le llama por su nombre, así como una escasa o nula respuesta ante instrucciones verbales o señales dirigidas específicamente hacia él.
- Imitación, juego e imaginación: Imaginación e imitación limitadas; juego excesivamente solitario, repetitivo y sin elementos de ficción.
No es necesario que se presenten todos los síntomas o signos mencionados para que sea relevante, pero si en algún momento tienes alguna sospecha o dudas sobre tu salud, especialmente si estás considerando la posibilidad de que pueda tratarse de autismo, lo más recomendable es acudir a un profesional médico para obtener un diagnóstico lo más pronto posible. De esta forma, podrás comenzar con las terapias o tratamientos adecuados cuanto antes, lo que podría ser fundamental para tu bienestar y para evitar que la situación empeore.
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