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Más de 1,3 millones de niños en España viven en situación de pobreza sin acceso a un comedor escolar, mientras en algunas regiones como Euskadi la asistencia supera el 80 %. La desigualdad territorial y la falta de becas impiden que muchos menores disfruten de un espacio que no solo alimenta, sino que también educa, protege y fomenta la convivencia.
La brecha en el acceso al comedor escolar
Más de 1,3 millones de niños en España viven en situación de pobreza sin recibir ninguna ayuda para acceder al comedor escolar. La cifra supera a los 980.000 menores que sí cuentan con beca, según el informe anual de la ONG Educo, “Vuelta al cole, ¿vuelta al comedor?”. Los especialistas destacan que este espacio cumple un papel que va mucho más allá de la alimentación: es un lugar de aprendizaje, socialización y protección para la infancia.
La ONG subraya que existe una brecha entre quienes desearían asistir al comedor y quienes realmente pueden hacerlo. Solo el 48,9 % de los niños de primaria y el 3 % de adolescentes de la ESO en centros públicos disfrutan de este servicio. La falta de plazas y de becas impide que muchas familias accedan a él, dejando fuera a más de un millón de menores en situación de vulnerabilidad.
La situación no es homogénea en todo el país. Mientras que en comunidades como Euskadi o la Comunitat Valenciana la asistencia supera el 80 %, en Melilla apenas llega al 4 % y en Ceuta al 14 %. Estas cifras muestran cómo la pobreza no se traduce automáticamente en mayor acceso al comedor escolar. La desigualdad territorial refleja la necesidad de políticas más equitativas que garanticen la cobertura completa para todos los niños, independientemente de su lugar de residencia.
Beneficios más allá de la comida
El comedor escolar no solo garantiza una alimentación adecuada, sino que también contribuye al desarrollo educativo y social. Los niños aprenden hábitos nutricionales, interactúan con sus compañeros y gestionan conflictos.
Pilar Orenes, presidenta de Educo, recuerda que quedarse en la escuela durante el mediodía es parte del derecho a la educación: “No se trata solo de comer, sino de aprender a convivir y disfrutar de un tiempo seguro y educativo”.
A pesar de las mejoras en la cobertura en los últimos años, muchas becas son parciales y obligan a las familias a asumir el resto del coste. Esto puede superar los cien euros al mes, un gasto que muchas familias no pueden afrontar, limitando la asistencia de sus hijos al comedor.
La propuesta de un comedor universal
Expertos como Donald Bundy, del Consorcio Mundial de Investigación sobre Salud Escolar y Nutrición, destacan que asegurar una comida diaria para todos los escolares no es tan costoso como parece.
Educo calcula que ofrecer un comedor escolar universal y gratuito costaría al Estado 6.196 millones de euros al año, menos del 10 % del gasto educativo y solo un 0,39 % del PIB. La inversión permitiría garantizar la alimentación y el aprendizaje de todos los niños, acercando a España a los estándares de países como Suecia o Finlandia.
Para muchas familias, disponer de un comedor gratuito sería un alivio económico y educativo. Rocío Tonato, madre de una adolescente que pasa a Secundaria, explica que sin este servicio tendrá que gastar 200 euros adicionales al mes y perderá la variedad de alimentación que antes recibía su hija.
La situación refleja cómo la falta de acceso a un comedor escolar completo puede afectar tanto la economía familiar como el desarrollo de los menores.
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