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Los hábitos alimentarios de los españoles han cambiado notablemente en la última década. Menos fruta y pescado, más platos preparados y nuevas prioridades en la despensa reflejan un estilo de vida distinto, marcado por el teletrabajo, la inflación y las nuevas dietas.
Cómo ha cambiado la cesta de la compra en España en la última década
En los últimos diez años, los hábitos de consumo de los hogares españoles han experimentado un cambio notable. La combinación del teletrabajo, el encarecimiento de algunos alimentos básicos y la incorporación de nuevas tendencias dietéticas ha transformado la lista de la compra habitual. Así lo refleja el informe anual del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que analiza la evolución del consumo alimentario en el país.
Uno de los cambios más destacados es el descenso en la compra de fruta fresca. Este alimento, esencial en la dieta mediterránea, ha perdido presencia en las despensas, con una caída del 30 % en su consumo. En 2016, se compraban más de 90 kilos por persona al año; hoy, apenas se alcanzan los 64.
Un fenómeno similar ha ocurrido con el pescado. Si hace una década se adquirían más de 14 kilos por persona al año, en la actualidad la cifra ronda los 9. La inflación y los cambios en los hábitos de cocina parecen ser las principales razones detrás de este descenso.
Menos leche y zumos, más platos listos
La leche líquida también ha dejado de ocupar un lugar prioritario en la nevera. Su consumo ha bajado casi 11 litros por persona, aunque se mantiene estable en lo que respecta a bebidas vegetales y otras variantes. Por su parte, los zumos han registrado una caída drástica: el consumo casi se ha reducido a la mitad, probablemente debido a una mayor conciencia sobre su contenido en azúcar.
En cambio, los platos preparados han ganado terreno. En un contexto de falta de tiempo y búsqueda de comodidad, muchos hogares apuestan por soluciones rápidas. El consumo de estos productos ha crecido más de cinco kilos por persona, confirmando su consolidación en la cesta de la compra.
Productos estables y nuevas incorporaciones
Algunos alimentos tradicionales como el arroz y la pasta se mantienen estables. Su versatilidad, precio accesible y facilidad de preparación les aseguran un lugar constante en las cocinas españolas.
Los frutos secos, en cambio, han experimentado un leve repunte. Asociados a estilos de vida más saludables, cada vez más personas los incorporan en su dieta diaria, ya sea como tentempié o como parte de ensaladas y platos principales.
Auge del agua embotellada y consumo moderado de café
En los últimos años también se ha incrementado la demanda del agua embotellada, posiblemente por una percepción de mayor seguridad sanitaria. Por otro lado, productos como el café y las infusiones se han mantenido en cifras similares, lo que demuestra una fidelidad constante a estos hábitos cotidianos.
El resultado de todos estos cambios es una cesta de la compra muy diferente a la de hace diez años. Menos frescos, más productos procesados y nuevas elecciones que reflejan un estilo de vida marcado por la rapidez, la adaptación a nuevas rutinas y el impacto económico.
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