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Para 2030, los barcos se convertirán en la principal fuente de contaminación atmosférica en las ciudades costeras de la Unión Europea. Un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente alerta sobre el aumento de emisiones de barcos y aviones, que afectan la salud de las personas que viven cerca de puertos y aeropuertos.
Los barcos, principal fuente de contaminación en ciudades costeras de la UE para 2030
Para 2030, se espera que las embarcaciones se conviertan en la principal fuente de contaminación atmosférica relacionada con el transporte en las ciudades costeras de la Unión Europea. Así lo revela un informe reciente de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), publicado este jueves.
El documento subraya que las emisiones de contaminantes provenientes del transporte marítimo y de la aviación continúan en aumento, generando un riesgo creciente para la salud de la población, especialmente para quienes viven cerca de puertos y aeropuertos.
El estudio indica que tanto los barcos como los aviones están contribuyendo de manera significativa al empeoramiento de la calidad del aire. Las partículas finas (PM2.5) y el dióxido de nitrógeno (NO2) son los principales componentes que afectan a la atmósfera.
La AEMA alerta que la exposición a estos contaminantes puede causar problemas respiratorios, cardiovasculares y otros efectos negativos sobre la salud, particularmente en poblaciones vulnerables.
Evaluación de la calidad del aire en puertos y aeropuertos
Los investigadores evaluaron las redes de seguimiento de la calidad del aire en 18 países europeos, centrándose en las áreas cercanas a los principales puertos y aeropuertos. El análisis mostró que las emisiones de óxidos de nitrógeno derivadas del transporte marítimo han aumentado de manera notable.
Aunque en comparación con otros sectores el transporte marítimo aún representa una parte menor de las emisiones totales, su relevancia está creciendo rápidamente.
De manera similar, las emisiones de la aviación han aumentado en las últimas décadas, especialmente para óxidos de nitrógeno y partículas en suspensión, contribuyendo así a la degradación de la atmósfera en estas zonas.
Niveles elevados de contaminación
El informe destaca que los niveles de dióxido de nitrógeno en puertos y aeropuertos son consistentemente más altos que en las regiones circundantes. En lugares como los puertos de El Pireo y Nápoles, así como en el aeropuerto de Milán Linate, las concentraciones superaron los límites anuales revisados por la Unión Europea para 2030. En aproximadamente la mitad de los puertos analizados, los niveles de NO2 eran más del doble que los de las áreas cercanas.
En cuanto a las partículas finas, el impacto es más complejo y difícil de atribuir únicamente a los puertos o aeropuertos, ya que algunas zonas cercanas también muestran niveles elevados. No obstante, un número significativo de lugares se encuentra por encima de los límites establecidos para 2030, lo que indica un problema persistente de contaminación atmosférica.
Impacto ambiental y conclusiones de la contaminación atmosférica
La AEMA señala que la contaminación atmosférica representa el mayor riesgo ambiental para la salud en Europa. Las partículas finas y el dióxido de nitrógeno son los principales responsables de este riesgo, y su presencia elevada cerca de puertos y aeropuertos genera un impacto directo en la calidad de vida de los habitantes.
Además, el informe advierte que, si no se adoptan medidas efectivas, las embarcaciones podrían convertirse en la principal causa de contaminación atmosférica en las zonas costeras para la próxima década.
En conclusión, la creciente contaminación derivada del transporte marítimo y aéreo requiere una acción urgente. Mejorar la regulación de emisiones, implementar tecnologías más limpias y reforzar el seguimiento de la calidad del aire son medidas clave para reducir la exposición de la población y limitar los efectos negativos sobre la salud y el medio ambiente.
La AEMA recuerda que la contaminación atmosférica no solo es un problema local, sino un desafío ambiental que afecta a toda Europa, con consecuencias duraderas para la salud humana y los ecosistemas. La atención sobre estos contaminantes se vuelve esencial para asegurar un futuro más limpio y saludable para las ciudades costeras.
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