El Correntão, una técnica agrícola tradicional devastadora para la Amazonía

El "correntão" es una técnica agrícola tan impactante como polémica. Se basa en el uso de dos tractores o vehículos de gran porte que arrastran entre sí una pesada cadena metálica. El objetivo: eliminar por completo toda la vegetación y fauna del terreno por donde pasa. De esa forma, se despeja el suelo para su uso en cultivos o para la cría extensiva de ganado. Lo alarmante es que este procedimiento no discrimina: arrasa con árboles milenarios, destruye hábitats naturales y provoca la muerte de especies animales, incluidas algunas en peligro de extinción.

Brasil, epicentro de esta técnica agrícola devastadora y sede de la próxima COP30

Esta práctica sigue vigente principalmente en Brasil, el país que será anfitrión de la próxima Cumbre Climática COP30. No es casual que el encuentro internacional se celebre allí: la Amazonía brasileña es el mayor foco de denuncias sobre esta técnica. Aunque el correntão genera rechazo en sectores ambientalistas de todo el mundo, su uso sigue extendido, sobre todo en el estado de Mato Grosso, una de las zonas con mayor actividad agroindustrial del país.

A pesar de la presión de organizaciones ecologistas, la técnica agrícola del correntão no enfrenta prohibiciones legales en Brasil. En muchos casos, los permisos de deforestación se otorgan sin evaluaciones ambientales profundas. Esto se ve agravado por la escasa fiscalización. Según el Instituto Sociedad, Población y Naturaleza, más del 90 % de los permisos se otorgan sin considerar los efectos ecológicos.

La accesibilidad económica y la rapidez del esta técnica agrícola, hacen que muchos productores la sigan eligiendo, a pesar del enorme costo ambiental.

Cifras alarmantes que no se detienen

Datos proporcionados por MapBiomas, una red de investigación que monitorea el uso del suelo, ofrecen un panorama crítico y cómo afecta dicha técnica agrícola en esta crisis ambiental:

• Desde 1985 hasta 2023, la Amazonía sufrió el mayor índice de deforestación registrado.
• En 2024, un 33 % del territorio amazónico ya había sido devastado.
• En 1985, el 76 % del territorio brasileño conservaba vegetación silvestre; hoy solo queda un 64%.
• La superficie destinada a agricultura creció un 80 % desde los años 80.
• La selva amazónica perdió más de 42 millones de hectáreas en manos de la industria de exportación de granos.
• Solo en los últimos 40 años, se deforestaron 5 millones de hectáreas adicionales en la Amazonía.
• La mitad de toda la deforestación nacional ha ocurrido en esta selva.

Las resistencias que no alcanzan

En 2016, en Mato Grosso, se logró prohibir temporalmente el uso de esta técnica agrícola. Sin embargo, la presión del sector agroindustrial logró revertir la medida.

El argumento es casi siempre económico: la técnica agrícola contribuye al crecimiento productivo y a las exportaciones. En este contexto, las decisiones del Congreso suelen favorecer a los intereses comerciales por sobre las advertencias ambientales.

Una batalla que trasciende la Amazonía

Si bien la Amazonía es el símbolo más visible del impacto ambiental de esta técnica agrícola, expertos advierten que la deforestación está avanzando hacia otras regiones del país. La expansión del modelo agrícola intensivo y el correntão como herramienta de transformación territorial plantean una disputa cultural entre desarrollo económico y conservación ambiental.

La pregunta que resuena cada vez con más fuerza es: ¿cuánto más puede resistir el ecosistema amazónico ante esta técnica? Y más aún: ¿cuál será el legado ambiental que Brasil presentará en la COP30?