
Lectura fácil
El verano nos invita a disfrutar del aire libre y mantenernos activos, y en este escenario, los deportes inclusivos emergen como una propuesta fundamental. Esta modalidad permite que personas con y sin discapacidad compartan la experiencia deportiva en igualdad de condiciones, adaptando las reglas para garantizar la participación de todos. Muchas personas aprovechan este periodo para iniciarse en nuevas disciplinas o retomar el hábito de hacer ejercicio.
Más allá de los deportes inclusivos, estas prácticas cultivan valores esenciales como el respeto mutuo y la empatía, enriqueciendo la forma en que concebimos y vivimos el deporte. La meta es clara: asegurar que nadie quede fuera y que cada individuo pueda encontrar su espacio en la actividad deportiva.
Javier Pérez, director de la Cátedra “Fundación Sanitas” de Estudios sobre Deporte Inclusivo, afirma que “el objetivo no es separar, sino crear un modelo deportivo integrador. Ajustar las normas con perspectiva inclusiva elimina obstáculos y permite una forma más abierta y enriquecedora de vivir el deporte”.
Cinco deportes inclusivos ideales para el verano
Desde la Cátedra ‘Fundación Sanitas’ proponen varias formas de adaptar cinco deportes inclusivos para disfrutar de un verano más inclusivo:
- Voleibol: se puede jugar modificando aspectos como la altura de la red, el número de jugadores o permitiendo más toques por jugada. Las personas con movilidad reducida pueden participar desde posiciones fijas. Una de las versiones más populares en entornos escolares es el voleibol sentado, donde todos los jugadores permanecen en el suelo, con una red y un campo adaptados. Los deportes inclusivos permiten que todos disfruten y participen sin importar sus capacidades.
- Atletismo: pruebas como relevos, carreras de velocidad o salto de longitud pueden ajustarse para que todos participen. Es posible hacerlo en circuitos urbanos o en la playa, con categorías mixtas y salidas por grupos. Si participan personas en silla de ruedas, es importante respetar distancias de seguridad para evitar incidentes. Este tipo de deportes inclusivos fomentan la igualdad y la competitividad adaptada a cada persona.
- Natación: ya sea en piscina o en mar abierto, se puede practicar de forma inclusiva usando elementos como flotadores o asistentes si es necesario. Aunque se mantienen las distancias y estilos clásicos, la clave está en la accesibilidad. En competiciones inclusivas, cada nadador compite contra el récord de su categoría, lo que permite que quien llegue último pueda haber sido el mejor en su nivel, haciendo la competencia más justa e interesante.
- Tiro con arco: se unifican las categorías y se adaptan las distancias según las capacidades individuales. En una misma sesión pueden participar personas de pie, sentadas o con apoyo, respetando las mismas reglas y sistema de puntuación para todos.
- Piragüismo: con kayaks dobles, asientos especiales o estabilizadores, esta disciplina permite que personas con diferentes capacidades disfruten juntas de entornos acuáticos como ríos o el mar. Favorece la cooperación, el equilibrio y la coordinación entre quienes lo practican.
Javier Pérez destaca que “más allá del rendimiento o la técnica, los deportes inclusivos ponen el foco en la participación igualitaria y en los momentos compartidos que nos conectan”. También señala que “este tipo de iniciativas no solo hacen más accesible la actividad física, sino que también promueven valores fundamentales como el respeto, la empatía y el trabajo en equipo, dentro y fuera del ámbito deportivo”.
Añadir nuevo comentario