Esta es la razón por la que no debes ducharte justo después de hacer ejercicio

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
31/05/2025 - 14:00
Ducharse después del ejercicio

Lectura fácil

Terminar una sesión de entrenamiento intenso y correr a la ducha es una costumbre muy extendida. Nos parece casi obligatorio: sudamos, nos sentimos acalorados, e instintivamente buscamos el alivio del agua para refrescarnos y limpiarnos. Sin embargo, aunque parezca inofensivo —e incluso recomendable—, algunos especialistas en salud advierten que este hábito puede tener efectos negativos si no se hace correctamente.

¿Es buena idea ducharse justo después de hacer ejercicio?

Durante el ejercicio físico, el cuerpo realiza múltiples ajustes para mantener su funcionamiento. Uno de los principales cambios es el aumento de la temperatura corporal. Los músculos, al trabajar, generan calor, y para compensarlo, los vasos sanguíneos se dilatan y se activa el proceso de sudoración. Este mecanismo permite enfriar el cuerpo y evitar un sobrecalentamiento.

Cuando se termina de hacer ejercicio, estos procesos no se detienen de inmediato. El organismo necesita varios minutos para volver a su estado normal. Si en ese momento se interrumpe ese proceso natural, por ejemplo, entrando rápidamente en la ducha, se puede alterar la regulación de la temperatura corporal.

Riesgos de ducharse demasiado pronto

Al entrar en contacto con el agua justo después del ejercicio, especialmente si esta está muy fría o muy caliente, el cuerpo puede reaccionar de forma negativa. Es común que algunas personas experimenten mareos, sensación de debilidad o incluso desmayos. Esto ocurre porque la presión arterial aún no se ha estabilizado y el sistema circulatorio está en pleno proceso de ajuste.

Además, si nos duchamos antes de que el cuerpo haya terminado de sudar después de hacer ejercicio, es posible que la sudoración continúe incluso después de habernos secado. Esto no solo es incómodo, sino que puede generar la sensación de que la ducha “no ha servido de nada”.

El papel del sudor en la limpieza natural

Aunque muchas veces se percibe como algo sucio, el sudor tiene una función importante. No solo ayuda a regular la temperatura corporal, sino que también transporta toxinas hacia el exterior del cuerpo. Si interrumpimos ese proceso limpiándonos demasiado pronto, podríamos estar impidiendo una eliminación completa de esas sustancias.

Además, el sudor posee un pH ligeramente ácido que protege la piel contra ciertos microorganismos. Una ducha inmediata, especialmente con jabones agresivos, puede alterar ese equilibrio natural, provocando sequedad, irritación o mayor vulnerabilidad a infecciones cutáneas.

¿Cuánto tiempo hay que esperar?

La recomendación general de los expertos es esperar entre 15 y 30 minutos antes de ducharse tras una actividad física intensa. Este intervalo permite que el cuerpo recupere su temperatura normal, disminuya la sudoración y estabilice su ritmo cardíaco.

Durante ese tiempo, lo ideal es hidratarse, hacer ejercicio de estiramiento, caminar suavemente o simplemente sentarse a descansar. Así, el cuerpo tendrá tiempo suficiente para iniciar su recuperación y el momento de la ducha será más efectivo y seguro.

En general, ducharse después de hacer ejercicio es saludable, pero solo si se respeta el tiempo de enfriamiento del cuerpo. Con unos minutos de espera, no solo se evitan riesgos, sino que se cuida mejor la piel y se completa adecuadamente el proceso de limpieza natural del organismo.

Añadir nuevo comentario