Detectan retrasos en el desarrollo cerebral de niños infectados por covid en el embarazo

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
06/10/2025 - 11:30
Mujer embarazada

Lectura fácil

La pandemia de la covid-19 dejó un sinfín de incógnitas médicas que la ciencia, poco a poco, va desvelando. Una de las más preocupantes ha sido siempre su posible impacto en los más vulnerables, especialmente en los fetos en desarrollo. Ahora, un estudio pionero y revelador, liderado por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) y la Facultad de Medicina de Harvard, ha arrojado luz sobre esta cuestión, y sus hallazgos son una llamada de atención: la infección por covid-19 durante el embarazo, en el periodo previo a la disponibilidad de las vacunas, se asocia con retrasos detectables en el desarrollo cerebral de los bebés.

Esta investigación, publicada en una prestigiosa revista científica, no busca generar alarma, sino aportar una evidencia crucial que subraya la importancia vital de la vacunación como un escudo protector no solo para la madre, sino también para el feto.

El estudio: una ventana al cerebro antes de nacer

Para llegar a estas conclusiones sobre retrasos en el desarrollo cerebral, los investigadores utilizaron una técnica de diagnóstico por imagen no invasiva y de alta precisión: la resonancia magnética fetal. Analizaron las imágenes cerebrales de 16 fetos cuyas madres se habían infectado con el SARS-CoV-2 durante el embarazo, en la era previa a la vacunación. Posteriormente, compararon estas imágenes con las de 19 controles sanos y con un grupo histórico de 60 controles previos a la pandemia.

El análisis se centró en la morfometría cerebral, es decir, en medir y cuantificar el desarrollo de las diferentes estructuras del cerebro. Los resultados mostraron diferencias significativas en los bebés expuestos al virus.

Los hallazgos: un retraso en la maduración del desarrollo cerebral

El equipo de investigación detectó un retraso madurativo en el desarrollo cerebral de varias áreas clave del cerebro fetal, que se manifestaba principalmente en:

  • Menor volumen de la materia blanca y la materia gris cortical: La materia gris es fundamental para el procesamiento de la información, la memoria y la atención, mientras que la materia blanca contiene las "autopistas" de fibras nerviosas que conectan las diferentes áreas del cerebro. Un menor volumen en la etapa fetal sugiere un desarrollo más lento.
  • Retraso en la girificación y la sulcación cortical: Dicho de forma sencilla, se observaron menos "pliegues" en la superficie del cerebro. El cerebro humano se pliega sobre sí mismo para poder albergar una enorme cantidad de neuronas en el espacio limitado del cráneo. Una superficie más lisa (menos surcos o sulcos) es indicativa de un cerebro menos maduro.

Es importante recalcar que estos hallazgos no implican necesariamente un daño en el desarrollo cerebral permanente ni predicen problemas de desarrollo a largo plazo. Lo que indican es un retraso en el ritmo de la maduración del cerebro fetal. La principal hipótesis de los investigadores es que la inflamación sistémica provocada por el virus en la madre, o su efecto sobre la placenta, podría estar alterando el entorno del feto e interfiriendo en el delicado proceso del neurodesarrollo.

El factor clave que lo cambia todo, la vacunación

El propio estudio marca una línea divisoria fundamental en sus conclusiones. Todos los casos analizados corresponden a embarazos que tuvieron lugar antes de que las vacunas contra la covid-19 estuvieran disponibles. La investigación actual y la evidencia acumulada durante los últimos años apuntan a que la vacunación durante el embarazo es segura y altamente eficaz para proteger tanto a la madre como al bebé.

La vacuna reduce drásticamente el riesgo de que la madre desarrolle una enfermedad grave, que es la que genera la respuesta inflamatoria más intensa y peligrosa para el feto. Además, los anticuerpos generados por la madre vacunada se transmiten al feto a través de la placenta, proporcionándole una protección pasiva durante sus primeros meses de vida.

Por tanto, los hallazgos de este estudio no deben interpretarse como un motivo de pánico para las madres que pasaron la covid estando vacunadas, sino todo lo contrario: son la evidencia científica más sólida de por qué la vacunación fue, y sigue siendo, la mejor decisión.

Mirando al futuro: la necesidad de un seguimiento a largo plazo

Los investigadores son cautos y subrayan la necesidad de seguir investigando. El siguiente paso es realizar un seguimiento a largo plazo de los niños que formaron parte de este estudio para evaluar su neurodesarrollo tras el nacimiento. Esto permitirá determinar si el retraso en el desarrollo cerebral detectado en la etapa fetal se corrige con el tiempo o si puede tener alguna implicación en el aprendizaje o el comportamiento en la infancia.

Este estudio es, en definitiva, una pieza crucial en el complejo puzle de los efectos del covid-19. Nos recuerda que las consecuencias de una pandemia van mucho más allá de los síntomas agudos y nos obliga a prestar una atención especial a la salud de la generación que se gestó en mitad de la tormenta.

Añadir nuevo comentario