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La tasa de empleo de las personas con discapacidad ha mejorado 5,9 puntos desde el año 2014 y la de paro o desempleo se ha reducido al mismo tiempo en 13 puntos, lo que supone un descenso del 40 % en apenas una década.
Estos son algunos de los principales datos dados a conocer por el coordinador de Estrategia de Datos de Fundación ONCE, Luis Enrique Quífez, en la presentación del Informe 10 Odismet sobre el mercado de trabajo en España y la situación laboral de las personas con discapacidad, elaborado por el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo de Fundación ONCE (Odismet).
“Eso significa que hay más personas con discapacidad trabajando y esa es una buena noticia de la que hay que congratularnos todos”, destacó Quífez, quien lamentó que muchas veces las mejoras en la sociedad no llegan con la misma fuerza a las personas con discapacidad”.
En la misma línea, valoró que actualmente “hay muchas personas con discapacidad en nuestro tejido productivo y en las empresas, lo que da mejor visibilidad de la discapacidad y esa es una gran noticia”.
Un avance significativo en la inclusión laboral
Durante la última década, España ha logrado avances notables en materia de inclusión laboral de las personas con discapacidad. Como decíamos, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de desempleo de este colectivo ha descendido un 40 % desde 2013, lo que refleja el impacto de políticas activas de empleo, programas de formación y un cambio en la conciencia social sobre la importancia de la diversidad en el ámbito laboral.
Esta evolución positiva supone una mejora significativa en las condiciones de vida de miles de personas que, históricamente, han enfrentado mayores barreras para acceder y mantenerse en un puesto de trabajo.
Factores que explican la bajada del desempleo
La reducción del desempleo en personas con discapacidad se debe a varios factores. En primer lugar, la mejora en los programas públicos de orientación y formación laboral, así como los incentivos a la contratación por parte de empresas ordinarias, ha tenido un efecto directo. Ayudas como las bonificaciones a la Seguridad Social o los contratos protegidos han facilitado nuevas oportunidades.
Además, el crecimiento del empleo en Centros Especiales de Empleo (CEE) ha sido clave para incorporar a miles de personas al mercado laboral. No obstante, cada vez más personas con discapacidad trabajan en entornos laborales ordinarios, lo que demuestra un cambio de tendencia hacia una inclusión más plena.
A esta disminución del desempleo, también ha contribuido el avance en accesibilidad digital y física, que ha permitido una mayor autonomía en el trabajo, especialmente en sectores como atención al cliente, administración o comercio electrónico.
Desafíos pendientes en el empleo inclusivo
Pese a esta mejora, aún existen importantes retos. La tasa de desempleo de las personas con discapacidad sigue siendo más alta que la del conjunto de la población activa, y muchos contratos siguen siendo temporales o a tiempo parcial.
También persisten desigualdades en función del tipo de discapacidad, la edad o el género. Las mujeres con discapacidad, por ejemplo, presentan tasas de desempleo más elevadas. Asimismo, la formación y recualificación profesional continúa siendo un punto débil, especialmente para los perfiles con mayor grado de discapacidad o con menor acceso educativo.
Por eso, es clave seguir fomentando la formación adaptada, la sensibilización empresarial y la apuesta por la accesibilidad universal para que esta tendencia positiva se mantenga en el tiempo.
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