Dos tercios de los ecosistemas marinos están afectados por la crisis climática o la sobrepesca

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04/12/2019 - 09:17
ecosistemas marinos

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Dos terceras partes de los ecosistemas marinos ya se han visto afectados por la acción humana a través del cambio climático y la sobrepesca.

Esto tiene graves implicaciones para la biodiversidad y la humanidad, por lo que es necesario una respuesta global urgente en los próximos 12 meses frente al "colapso de los océanos".

Greenpeace hace estas consideraciones en el informe 'La crisis climática y la necesidad urgente de protección de los océanos', dado a conocer este miércoles coincidiendo con la Cumbre del Clima de Madrid, conocida también como COP25.

El informe revela que el colapso del mar debido al uso de combustibles fósiles se está produciendo a "una velocidad vertiginosa y a gran escala".

Y es que alteran la estructura y las funciones de los ecosistemas, y provoca el calentamiento del agua, el aumento del nivel del mar y la acidificación y la desoxigenación del océano.

La vida de entre 100 y 300 millones de personas podría verse amenazada si la crisis de los ecosistemas marinos continúa a este ritmo

"Los impactos más visibles del cambio climático comienzan y terminan en el mar: la subida del nivel del mar por el deshielo de los glaciares o las olas de calor marinas están provocando cambios en los ecosistemas costeros, un círculo vicioso que está causando profundas alteraciones", señaló Pilar Marcos, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace.

Según el informe, los impactos derivados que aún se están investigando, serán en cualquier caso generalizados y de profundo calado.

A lo largo del próximo siglo, el aumento del nivel del mar desfigurará las costas de numerosos países, lo que puede llegar a triplicar la estimación de la cantidad de personas amenazadas.

Casi tres cuartas partes de las comunidades más vulnerables se hallan en ocho países asiáticos, sobre todo en China.

Hasta la fecha, dos tercios de los ecosistemas marinos ya se han visto afectados por la acción humana.

Las extensiones de praderas marinas han ido menguando a un ritmo de más de un 10 por ciento por década entre 1970 y 2000, mientras que la presencia de corales vivos en los arrecifes se ha reducido casi a la mitad en los últimos 150 años, con un drástico declive registrado los últimos 20 años.

Los océanos son los mayores sumideros de carbono de la Tierra

A parte del cambio climático, la sobrepesca y las prácticas pesqueras ilegales, otra de las principales causas de la destrucción de la vida marina, según Greenpeace.

Y es que un 33 por ciento de las poblaciones de peces ya estaba siendo sobreexplotado hasta niveles insostenibles y un 60 por ciento había alcanzado su límite de explotación en 2015.

"El océano es un medio de vida para muchas personas, es la seguridad alimentaria para millones más y es el oxígeno que cada una de nosotras respiramos en este planeta azul", indicó Tatiana Nuño, responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace, que sigue las negociaciones dentro de la COP25.

Desde el informe insisten a llevar una acción coordinada de los gobiernos antes del 2020, año clave

El 2020 y que dan lugar a una oportunidad única para abordar el colapso climático, la pérdida de biodiversidad y la protección de los océanos a escala mundial.

Por ello Greenpeace pide a los gobiernos más ambición con sus objetivos nacionales

El objetivo es que sus emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan a la mitad en 2030 en la Cumbre del Clima de Madrid.

Y en la del año que viene en Glasgow, Reino Unido, esperan la aprobación de un Tratado Global de los Océanos en la ONU para finales de 2020.

A parte del compromiso de proteger un 30 por ciento de los océanos y ecosistemas marinos a través de una red de santuarios marinos en la Cumbre del Convenio sobre la Diversidad Biológica, que se celebrará el próximo mes de octubre.

Según Greenpeace, esta red ayudaría a los ecosistemas marinos a ser más resilientes y resistir mejor los cambios rápidos

Así como a mitigar la crisis climática al salvaguardar la capacidad de los océanos de almacenar carbono.

El informe señala que los ecosistemas oceánicos se encuentran en primera línea de los impactos climáticos.

Por ello recomienda a los gobiernos las áreas prioritarias para ser protegidas:

  • Los dos polos del Ártico y la Antártida
  • Algunas zonas críticas para ballenas
  • Arrecifes de coral
  • Manglares
  • Praderas marinas
  • El mar de los Sargazos
  • La zona mesopelágica
  • El océano profundo, que debe permanecer fuera de los límites de la emergente industria minera de fondos marinos.

El estudio ve la luz al mismo tiempo que Nápoles, Italia acoge la Conferencia de las Partes de la Convención del Mediterráneo de Barcelona.

Greenpeace ha puesto en marcha una estación costera para monitorear el aumento de las temperaturas en ese mar, un punto crítico para los impactos climáticos.

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