Lectura fácil
Un día cualquiera, en medio de la rutina escolar, ocurrió algo que nadie esperaba. Mientras la maestra explicaba la lección y sus compañeros seguían con atención, Pepito empezó a desdibujarse poco a poco. Primero fue apenas perceptible, luego cada vez más evidente, hasta que llegó un momento en el que ya no estaba. No había salido del aula ni se había escondido: simplemente se había vuelto invisible. A partir de esta potente metáfora arranca El niño invisible, un libro ilustrado que pone palabras e imágenes a una realidad que viven muchos menores con discapacidad intelectual y del desarrollo (IDD) en la escuela.
El niño invisible, un cuento para hablar de inclusión y empatía
La historia de El niño invisible está pensada tanto para niños como para adultos. A través de un lenguaje sencillo y accesible, el relato explica la experiencia de un niño que nació antes de tiempo y que, por esa razón, encuentra más dificultades que otros compañeros a la hora de realizar algunas tareas escolares. Aunque no sufre rechazo explícito y recibe muestras de cariño, en muchas ocasiones queda al margen, no es tenido en cuenta o pasa desapercibido. Esa sensación constante de no ser visto es la que, en el cuento, acaba transformándose literalmente en invisibilidad.
El libro invita a reflexionar sobre el papel que desempeñan todos los actores del entorno educativo: el grupo de iguales, el profesorado y las familias. ¿Qué responsabilidad tiene cada uno para que ningún niño o niña se sienta excluido? La narración no señala culpables concretos, sino que propone una mirada compartida y una acción colectiva para construir aulas verdaderamente inclusivas.
El niño invisible ha sido presentado este miércoles por la fundación Best Buddies España, coincidiendo con el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. La elección de la fecha no es casual, ya que refuerza el mensaje central de la obra: visibilizar realidades que a menudo pasan desapercibidas y promover una cultura de respeto, empatía y convivencia desde edades tempranas.
La historia de Pepito no es una excepción ni una exageración literaria. En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 2020, los más recientes disponibles, 22 de cada 1.000 menores de entre dos y 15 años tienen algún tipo de discapacidad. Además, un estudio elaborado por la Fundación ONCE y el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) revela que más de una cuarta parte del alumnado con discapacidad, concretamente el 32,7%, asegura haber sufrido aislamiento, rechazo o exclusión por parte de sus compañeros.
Estos datos ponen de relieve que la invisibilidad social y emocional que describe el libro es una experiencia frecuente para muchos niños y niñas en el entorno escolar.
El origen del libro: una necesidad no cubierta
Mónica Mir, directora de Best Buddies España, explica que la idea del libro El niño invisible surgió al detectar un vacío en los materiales educativos que utilizan habitualmente. En las actividades de la fundación trabajan con cuentos como herramienta pedagógica, pero no encontraban ninguno que abordara la discapacidad, y especialmente la discapacidad intelectual, desde una perspectiva inclusiva. “No había relatos que trataran este tema de forma clara y cercana para los niños”, señala.
Ante esa carencia, decidieron impulsar la creación de una historia que ayudara a comprender y normalizar la diversidad en el aula.
El texto fue escrito por Elena Lostalé, conocida por ser la creadora del pódcast infantil Sueñacuentos, mientras que las ilustraciones corren a cargo de Cristina de Pedroso Moro. Los hijos de Mónica Mir eran oyentes habituales del pódcast, lo que facilitó el contacto con la autora. De ese encuentro nació la propuesta de colaborar en un proyecto centrado en la inclusión.
Mir destaca que Lostalé supo encontrar el tono adecuado: una narración comprensible para los más pequeños, pero con la suficiente profundidad emocional como para conmover también a los adultos. El resultado es El niño invisible, un cuento que despierta empatía y abre la puerta a conversaciones necesarias en casa y en la escuela.
Best Buddies, que en español significa “mejores amigos”, es una organización que promueve actividades de ocio inclusivo y acciones de sensibilización. Su labor se centra en niños, niñas y adolescentes con discapacidad intelectual y del desarrollo, con el objetivo de ayudarles a crear vínculos de amistad y evitar situaciones de soledad o estigmatización.
“Estamos convencidos de que la amistad es una de las mejores herramientas contra la soledad y el acoso escolar”, afirma Mir. Esta idea está respaldada por el estudio de la ONCE y el Cermi, en el que alumnos, familias y profesionales coinciden en que el principal motivo de acoso escolar, en el 80,3 % de los casos, es tener una discapacidad.
De una preocupación personal a un proyecto global
La organización nació en Estados Unidos en 1989 y actualmente está presente en más de 47 países. En España, la iniciativa llegó de la mano de Mónica Mir y su esposo, Óscar Ocaña. Ambos compartían una inquietud muy concreta: que su hijo mayor, con discapacidad intelectual, pudiera sentirse solo o sufrir acoso en el colegio. Esa preocupación personal fue el motor para traer Best Buddies al país y crear una red de apoyo para otros niños y jóvenes en la misma situación.
Los beneficios obtenidos con la venta de El niño invisible se destinarán íntegramente a financiar las actividades de la fundación. Además, la obra se ha incorporado como recurso pedagógico en sus programas. El objetivo final es claro: enseñar desde la infancia que la empatía, la amistad y la inclusión son esenciales para que ningún niño, como Pepito, vuelva a desaparecer ante los ojos de los demás.
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