La dificultad de los jóvenes para encontrar trabajo al terminar sus estudios

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
09/11/2025 - 08:00
Dos jóvenes trabajando

Lectura fácil

Durante una década, la recuperación económica en Europa, aunque lenta y desigual, se había reflejado en un indicador clave de esperanza: la tasa de empleo de los recién graduados. Año tras año, desde la profunda crisis de 2013, la cifra no había hecho más que mejorar, consolidando la idea de que una mayor formación era el pasaporte más fiable hacia un futuro estable. Ahora, esa tendencia se ha roto. Por primera vez en 11 años, la proporción de jóvenes que pelean por encontrar trabajo al poco tiempo de terminar sus estudios ha caído en la Unión Europea, un frenazo que es el síntoma más claro de la incertidumbre económica y la precariedad que acechan el futuro de una generación.

Según los últimos datos publicados por Eurostat, la oficina de estadística europea, la tasa de empleo de las personas de entre 20 y 34 años que habían finalizado su formación en los tres años anteriores se situó en el 78,9 % en 2024. Esta cifra, aunque alta en apariencia, supone un retroceso significativo desde el récord del 79,7 % alcanzado en 2023. Es la primera caída interanual desde 2013 y un jarro de agua fría para las aspiraciones de millones de jóvenes en todo el continente.

El fin de una era de recuperación y las causas del retroceso

El fin de esta racha positiva no es casual. Es la consecuencia directa de un contexto macroeconómico marcado por la desaceleración económica, la inflación persistente y la inestabilidad geopolítica. La guerra de Ucrania, la crisis energética y la subida de los tipos de interés para contener los precios han enfriado las economías de los 27, y los jóvenes, como suele ocurrir en cualquier crisis, son los primeros en sufrir las consecuencias.

Cuando la incertidumbre planea sobre las empresas, estas se vuelven más cautelosas a la hora de contratar. Los primeros contratos que se resienten son los de los recién llegados al mercado laboral, encontrar trabajo para gente que carece de la experiencia que las compañías priorizan en tiempos de vacas flacas. Este retroceso aleja a la UE de su ambicioso objetivo, fijado para 2030, de alcanzar una tasa de empleo juvenil del 90 %, una meta que ahora parece más lejana que nunca.

La brecha norte-sur se perpetúa

El dato medio europeo esconde, como siempre, una realidad profundamente desigual. Encontrar trabajo para los jóvenes en la UE supone un mapa de dos velocidades que perpetúa la histórica brecha entre el norte y el sur.

  • Los líderes: A la cabeza de la empleabilidad se sitúan países como Luxemburgo, los Países Bajos y Alemania, con tasas que superan con creces el 90 %. Son economías robustas, con sistemas educativos muy conectados al tejido productivo y mercados laborales dinámicos.
  • El furgón de cola: En el otro extremo, encontramos a Grecia, Italia y Rumanía, con tasas que apenas superan el 65%. Son países marcados por un paro estructural, una mayor precariedad y una desconexión entre la formación y las necesidades de las empresas.

¿Y España? Nuestro país se encuentra en una posición intermedia-baja. Aunque sigue por debajo de la media europea, en los últimos años había experimentado una notable mejoría que le había permitido escalar posiciones. Sin embargo, este frenazo generalizado también amenaza con estancar su progreso.

La 'vía de la FP': la formación profesional como salvavidas para encontrar trabajo

El informe de Eurostat arroja otra conclusión de enorme relevancia: no todos los estudios ofrecen la misma puerta de entrada al mercado laboral. De forma consistente en toda Europa, los jóvenes titulados en Formación Profesional (FP) de grado medio o superior presentan una tasa de empleo significativamente más alta que los graduados universitarios.

Esta realidad evidencia un desajuste estructural en muchos países, incluido España, entre el sistema universitario y las demandas reales del tejido productivo. Mientras las empresas reclaman perfiles técnicos y especializados, las universidades siguen produciendo un alto número de graduados en titulaciones con menos salidas laborales. La FP, más práctica y conectada con las necesidades de la industria, se consolida así como la vía más rápida y segura hacia un primer empleo.

En definitiva, la caída de la tasa de empleo juvenil es mucho más que una cifra. La dificultad de encontrar trabajo es una señal de alarma que nos advierte de la creciente precariedad de una generación que, a pesar de ser la más formada de la historia, se enfrenta a un futuro más incierto que el de sus padres.

Añadir nuevo comentario