Escuchar música triste cuando estamos tristes, ¿un acto de masoquismo?

Cuando buscas 'música triste' en el buscador de Google lo primero que te aparece es la coletilla 'para llorar'. Eso dice mucho del uso que hacemos de este tipo de música y del porqué la consumimos. Suele ser algo generalizado, que genera muchas dudas y contradicciones, pero lo cierto es que se trata de una reacción plenamente espontanea, aunque esto, como casi todo, puede tener sus pros y sus contras.

La música tiene una poderosa capacidad para que conectemos con nuestras emociones, es precisamente por esta conexión y empatía por la que tendemos a escuchar música triste cuando más tristes nos sentimos. Incluso lo que nos lleva a repetir en bucle esa misma canción una y otra y otra vez, llorando con intensidad en la parte más álgida, incluso deseando que llegue ese momento. De alguna manera, la música consigue hacernos sentir comprendidos y en cierta forma acompañados.

Así reacciona nuestro cuerpo cuando escuchamos música triste

Para llegar más al fondo de porqué sentimos esa especie de atracción a la música triste, que de alguna forma nos sirve para regodearnos en nuestra tristeza, algunos investigadores han hecho ciertas pesquisas al respecto. Según un artículo publicado por la revista 'Frontiers in Psychology', escuchar este tipo de música en nuestros momentos de bajón es prácticamente un acto reflejo, ya que es la única capaz de conectar con nosotros emocionalmente.

Esto quiere decir que si nos ponemos la popular canción 'Happy' de Pharrell Williams cuando acabamos de romper con alguien, lo más seguro es que nos genere rechazo. A esta idea se suma un estudio realizado por la Universidad de Ohio, en EE.UU., en el que hicieron un hallazgo aún más interesante. Vieron que la música triste estimulaba la prolactina, una hormona que empieza a segregarse en mayores cantidades cuando nos sentimos afligidos, para generarnos una sensación de consuelo.

Cuando escuchamos música triste, llegamos a revivir los motivos por los que nos encontramos de bajón y la liberación de esta hormona incrementa. De ahí que muchas veces, aunque estés cantado a grito pelado que te han roto el corazón, eso de alguna manera te haga sentir consolado. Sin embargo, en el mismo estudio también descubrieron que los efectos no son iguales para todos, por lo que muchos no seamos capaces de experimentar este beneficio.

La descarga emocional

Una de las mayores dificultades para gestionar nuestras emociones, sobre todo si se tratan de algunas tan complicadas como la ira o la tristeza, es el no poder conectar con ellas libremente. Ya sea por la educación recibida o nuestros propios conflictos internos, nos desvinculamos de nuestras emociones, dificultando así los procesos que nos llevan a estar en paz con ellas.

Escuchar música triste puede ser una herramienta muy beneficiosa para poder liberar y vivir nuestras emociones sin rechazarlas. Así que si lo necesitas, pon en bucle esas 'canciones para llorar' y hazlo. A veces nuestro cuerpo necesita descargar de alguna manera. Sin embargo, no olvides realizar otras actividades en tu día que te hagan 'feliz', para recordarte que las cosas buenas también están ahí.