España, entre los países con menos camas hospitalarias de la UE

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28/07/2025 - 08:00
Una habitación de hospital vacía

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España se encuentra entre los siete países de la Unión Europea (UE) con una disponibilidad más baja de camas hospitalarias por cada 100.000 habitantes, según los últimos datos publicados por Eurostat, la oficina estadística del bloque comunitario. Con una tasa de 288 camas, España ocupa el quinto lugar por la cola dentro del conjunto de los 27 Estados miembros.

El informe, divulgado este martes, revela que solo seis países registran cifras inferiores a las 300 camas hospitalarias por cada 100.000 habitantes, una barrera simbólica que marca una escasa capacidad instalada en el sistema sanitario. Junto a España se encuentran Suecia (187 camas), Países Bajos (231), Dinamarca (233), Finlandia (260), Irlanda (289) y Chipre (298). Estos datos reflejan un patrón común en ciertas economías desarrolladas que han apostado por modelos asistenciales menos dependientes de la hospitalización tradicional.

Menos camas hospitalarias, más eficiencia

La evolución tecnológica y los avances científicos en el ámbito sanitario han jugado un papel clave en esta transformación. Tal y como destaca Eurostat, muchos procedimientos médicos que hace años requerían ingresos prolongados ahora pueden realizarse en régimen ambulatorio o incluso en unidades de atención diurna. Esto ha permitido reducir la estancia media de los pacientes y, con ello, la necesidad de mantener una alta densidad de camas hospitalarias en funcionamiento continuo.

Este fenómeno no es exclusivo de España ni de sus homólogos con menor dotación. De hecho, la tendencia descendente en la disponibilidad de camas se observa a escala continental. En 2013, la media de la Unión Europea era de 557 camas por cada 100.000 habitantes. Una década después, en 2023, esa cifra ha caído hasta 511, lo que confirma una política sanitaria orientada a la eficiencia y al uso racional de los recursos hospitalarios.

Hospitalización en el este vs. cuidados de larga duración en el norte

Por el contrario, algunos países del este de Europa continúan manteniendo una elevada densidad de camas por habitante. Bulgaria lidera esta clasificación con 864 camas por cada 100.000 habitantes, seguida de Alemania (766), Rumanía (728), Austria (660) y Hungría (651). Estas cifras reflejan modelos sanitarios aún centrados en la hospitalización como pilar del sistema de atención, en contraste con las estrategias más descentralizadas y orientadas a la atención primaria o domiciliaria de los países nórdicos y del sur de Europa.

Además del análisis sobre camas hospitalarias convencionales, el informe de Eurostat incluye datos relativos a camas dedicadas a cuidados de larga duración, un componente clave en el contexto del envejecimiento de la población europea. En este apartado, Países Bajos encabeza la lista con una tasa de 1.400 camas por cada 100.000 habitantes, seguido de Suecia (1.315) y Bélgica (1.250). Estos países han reforzado su red de atención a personas mayores y dependientes, consolidando estructuras residenciales especializadas.

Avances moderados y grandes disparidades

España, aunque se posiciona en la mitad superior de esta tabla, todavía no supera el umbral de las 1.000 camas por cada 100.000 habitantes en esta categoría. Este dato refleja un esfuerzo progresivo en la ampliación de los recursos dedicados a la atención prolongada, pero aún con margen de mejora en comparación con los países líderes.

En el extremo opuesto, Grecia y Bulgaria presentan tasas especialmente bajas en camas hospitalarias de cuidados de larga duración, con apenas 20 y 26 por cada 100.000 habitantes, respectivamente. Polonia también figura en la parte baja con 222 camas, lo que evidencia importantes desigualdades dentro del bloque europeo en cuanto a políticas asistenciales para personas mayores o en situación de dependencia.

Los datos de Eurostat ponen de relieve los distintos enfoques de los sistemas sanitarios europeos y la necesidad de adaptarlos a los retos demográficos, tecnológicos y presupuestarios de los próximos años. En este contexto, España afronta el reto de reforzar su red de camas hospitalarias para cuidados prolongados sin perder de vista la eficiencia y sostenibilidad del sistema.

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