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Un proyecto europeo liderado por el CSIC desarrollará envases sostenibles fabricados a partir de desperdicios de fresas. La iniciativa busca transformar estos residuos en materiales biodegradables y crear almohadillas antioxidantes que prolonguen la frescura de la fruta, reduciendo el desperdicio y fomentando la economía circular.
Un proyecto europeo transforma residuos de fresas en envases sostenibles
Un proyecto europeo pionero busca dar una nueva vida a los residuos de fresas. Gracias a una inversión de cuatro millones de euros, el objetivo es desarrollar envases sostenibles mediante tecnologías respetuosas con el medioambiente. Esta iniciativa pretende reducir el uso de plásticos derivados del petróleo y aprovechar los desechos agrícolas para fabricar productos útiles.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) participa activamente a través del Instituto de Ciencia de Materiales (ICMM) y el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (ICP). Estas instituciones lideran investigaciones que convierten los desperdicios de fresas en nuevos materiales biodegradables. La idea es simular un ecosistema donde todo se reaprovecha, transformando lo que antes era basura en recursos valiosos.
Las fresas son una de las frutas más perecederas. Por eso, se ha elegido esta materia prima: para demostrar que incluso los residuos más delicados pueden tener una segunda vida. A partir de estos restos, se obtendrán moléculas que permitirán fabricar envases bio-basados.
El proceso incluye desde empaques para la fruta ya recogida, hasta acolchados internos para proteger esta fruta en los supermercados.
Tecnología al servicio del medioambiente
El proyecto combina tres tecnologías clave: la biorrefinería, la mecanoquímica y la biotecnología blanca. En primer lugar, el ICP se encargará de extraer celulosa, lignina y furfural de los desperdicios. Luego, en el ICMM, se utilizará la mecanoquímica, una técnica innovadora que no requiere disolventes ni altas temperaturas, lo que reduce significativamente el consumo de energía.
Uno de los desarrollos más novedosos será una almohadilla especialmente diseñada para los envases de fresas. A diferencia de las actuales, que solo absorben humedad, esta será antioxidante, antibacteriana y bloqueará la producción de etileno, el gas que acelera la maduración. Así, podrán conservarse frescas durante más tiempo, lo que también reduce el desperdicio alimentario.
Reciclaje y segunda vida de los envases
Una parte fundamental del proyecto será estudiar qué ocurre con los envases después de su uso, por lo que se investigarán métodos de reciclado, biodegradación y transformación de los materiales. Incluso se planea reutilizar los restos de los envases para convertirlos en catalizadores químicos, capaces de generar nuevas reacciones útiles en otras industrias.
El proyecto está liderado por la fundación española Funditec y cuenta con socios de varios países: España, Italia, Suiza, Dinamarca y Grecia. Todos trabajan con una visión común: demostrar que los residuos, como los de las fresas, pueden ser el punto de partida para soluciones innovadoras.
Este esfuerzo conjunto no solo ayuda al medioambiente, sino que abre nuevas oportunidades para una economía más circular y eficiente.
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