Por qué la Generación Z evita las llamadas telefónicas: este es el motivo principal

Llamar por teléfono, para unos, es la mejor opción; para otros, un suplicio. Y en el segundo grupo es en el que se enmarca la Generación Z, conocida por ser el colectivo al que más le cuesta levantar el dispositivo móvil para efectuar una llamada. Y no es por pereza ni falta de compromiso, sino que se trata de una brecha generacional. De hecho, según ha revelado un estudio elaborado por Pew Research Center y Harvard Business Review, estos jóvenes profesionales de la Gen Z prefieren y se decantan por canales asincrónicos como mensajes de texto, emails o notas de voz.

La raíz de esta realidad se remonta a que los colectivos que componen la llamada Generación Z han crecido en un mundo donde hablar por teléfono no era la norma, sino la excepción. Además, la multi pantalla y la inmediatez de los dispositivos móviles, así como de las aplicaciones de mensajería instantánea ha acentuado esta situación, lo que ha llevado a estos profesionales a decantarse por canales asincrónicos debido a  tres motivos fundamentales, en detrimento de las llamadas por teléfono: 

• Control del mensaje: Les permite pensar antes de responder. Llamar les genera ansiedad por la inmediatez.
• Evitan confrontación directa: Muchos asocian las llamadas con malas noticias, conflictos o jerarquías incómodas.
• Multitasking y eficiencia percibida: Creen que mandar un mensaje es más productivo que “perder tiempo” hablando.

¿Por qué los jóvenes ya no llaman por teléfono?

La Generación Z, nacida entre finales de los años 90 y principios de los 2010, ha crecido rodeada de smartphones, mensajería instantánea y redes sociales. A diferencia de generaciones anteriores, este grupo prefiere enviar mensajes de texto, notas de voz o comunicarse a través de apps como WhatsApp, Instagram o TikTok, en lugar de usar la llamada tradicional. ¿Por qué este cambio tan marcado en la forma de comunicarse?

Uno de los motivos principales es la comodidad y el control que ofrecen los mensajes escritos. Al escribir, los jóvenes pueden pensar antes de responder, revisar lo dicho y evitar situaciones incómodas o malentendidos. Además, la comunicación escrita permite mantener conversaciones en segundo plano mientras realizan otras actividades, algo muy valorado por esta generación multitarea.

La ansiedad y las llamadas inesperadas entre los jóvenes de la Generación Z

Más allá de la preferencia por lo escrito, muchos jóvenes expresan ansiedad ante las llamadas telefónicas, especialmente si no están programadas. Las llamadas suponen un contacto directo e inmediato que puede generar presión, miedo a equivocarse, no saber cómo reaccionar o simplemente incomodidad ante el tono o el lenguaje corporal ausente.

Estudios recientes han demostrado que muchos jóvenes experimentan un aumento de estrés cuando suena el teléfono, ya que sienten que una llamada interrumpe su espacio personal o sus rutinas. Esta situación se acentúa cuando se trata de llamadas laborales o de trámites, donde además temen no estar preparados para responder correctamente.

Por eso, es común que prefieran que se les contacte primero por mensaje para "avisar" antes de una llamada, o directamente opten por soluciones como el email o chats online para resolver gestiones sin necesidad de hablar.

Comunicación digital y cambio generacional

Este cambio en las formas de comunicación no es negativo per se, sino una adaptación a las nuevas tecnologías y realidades sociales. Las llamadas no han desaparecido, pero ahora son vistas como una herramienta puntual y no como el canal principal de interacción.

Además, la Generación Z valora la autenticidad y la espontaneidad, pero dentro de los marcos que ellos mismos controlan. Prefieren medios que les permitan expresarse con emojis, memes, gifs o audios editados, en lugar de la conversación en tiempo real que no se puede "borrar" o rehacer.

Este fenómeno también refleja un cambio profundo en el concepto de intimidad y conexión. Mientras para generaciones anteriores una llamada era algo cercano, para los más jóvenes puede ser intrusiva. En cambio, una nota de voz o un mensaje a medianoche puede tener más significado y generar mayor vínculo emocional.