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En los momentos de mayor vulnerabilidad, cuando una familia se enfrenta al diagnóstico de una enfermedad grave en un hijo, cualquier gesto de apoyo, por pequeño que parezca, puede suponer un alivio inmenso. Conscientes de esta realidad, Iberdrola y la Fundación Ronald McDonald han unido fuerzas en un acuerdo pionero que combina la sostenibilidad energética con la solidaridad humana, poniendo la tecnología al servicio de quienes más lo necesitan.
Ambas entidades han firmado un convenio de colaboración para la instalación de infraestructuras de recarga para vehículos eléctricos en las cinco Casas Ronald McDonald de España. Esta iniciativa garantizará el suministro de energía limpia y gratuita a las familias que, obligadas a desplazarse lejos de sus hogares para que sus hijos reciban tratamiento médico de larga duración, residen temporalmente en estas instalaciones.
Un "hogar fuera del hogar" más sostenible y conectado
La misión de la Fundación Ronald McDonald es ofrecer un "hogar fuera del hogar" a estas familias, creando un entorno de normalidad y confort en mitad de la tormenta que supone la hospitalización de un niño. Sus casas, ubicadas en Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y Sevilla, son mucho más que un simple alojamiento; son espacios de respiro, apoyo mutuo y calor humano, equipados con cocinas, zonas de juego y salones comunes.
Este nuevo proyecto con Iberdrola viene a sumar una capa de apoyo logístico y económico adaptada a las necesidades del siglo XXI. Cada vez más familias optan por la movilidad eléctrica, pero para aquellas que se encuentran desplazadas en una ciudad que no es la suya, la gestión de la recarga de su vehículo puede convertirse en una fuente adicional de estrés y gasto. "Lo último en lo que debería pensar un padre o una madre que vuelve agotado del hospital es en buscar un punto de recarga público, esperar y pagar por él", explican desde la Fundación. Esta iniciativa elimina esa preocupación de raíz.
Tecnología con alma: las claves de la instalación
En virtud de este acuerdo, Iberdrola asumirá el coste íntegro de la realización de las acometidas, la gestión de los trámites y la instalación de los puntos de recarga en las residencias. Una vez en funcionamiento, la titularidad, gestión y mantenimiento futuro de los equipos pasarán a manos de la Fundación.
Los cargadores instalados serán de 22 kilovatios (kW), una potencia semi-rápida ideal para el entorno residencial, ya que permite una recarga completa del vehículo durante la noche. De esta forma, las familias tendrán su coche listo cada mañana para los imprescindibles desplazamientos al hospital.
Fiel a su compromiso con la descarbonización, Iberdrola garantizará que toda la electricidad suministrada a estos puntos provenga de fuentes 100 % renovables, con garantía de origen certificada. Así, las familias no solo se beneficiarán de la gratuidad del servicio, sino que contribuirán activamente a la reducción de emisiones de CO₂. Las estaciones de carga, que estarán operativas las 24 horas del día, serán de acceso exclusivo y gratuito para las familias alojadas y el personal de la Fundación, asegurando su disponibilidad en todo momento.
Aliviando la carga: el impacto real en las familias
Este proyecto se enmarca dentro de una visión de la movilidad sostenible que va más allá de la tecnología y se centra en las personas. Para las más de 1.200 familias que anualmente pasan por las Casas Ronald McDonald, el impacto es triple:
- Alivio logístico: Elimina la necesidad de planificar y buscar puntos de recarga en una ciudad desconocida, liberando un tiempo y una energía mental preciosos que pueden dedicar por completo al cuidado de sus hijos.
- Alivio económico: La gratuidad total del servicio supone un ahorro directo en un momento en que la economía familiar ya está sometida a una enorme presión por los gastos médicos y de desplazamiento.
- Alivio emocional: Es un gesto que transmite un mensaje de apoyo y empatía. Demuestra que grandes entidades como Iberdrola son sensibles a su situación particular, ofreciendo una solución concreta a un problema real y reforzando la sensación de comunidad y respaldo.
Este acuerdo es un ejemplo paradigmático de cómo la Responsabilidad Social Corporativa puede materializarse en acciones de alto impacto. No se trata de una donación puntual, sino de la implementación de una infraestructura útil y duradera que se alinea con la estrategia de ambas organizaciones. Para Iberdrola, refuerza su liderazgo en movilidad eléctrica con un proyecto de marcado carácter social. Para la Fundación Ronald McDonald, supone ampliar su carta de servicios, adaptándose a las nuevas realidades y necesidades de las familias a las que sirve.
En definitiva, esta colaboración no solo recargará las baterías de los coches, sino que, sobre todo, ayudará a recargar la energía y la esperanza de cientos de familias en el momento más difícil de sus vidas.
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