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En el marco del Día Internacional de las Personas Cuidadoras, que se conmemora cada 5 de noviembre, la compañía de ciencia y tecnología Merck ha puesto en marcha una campaña para visibilizar y reconocer la crucial labor de los más de 6 millones de cuidadores no profesionales que sostienen el bienestar social en España.
Los datos subyacentes a esta realidad son impactantes: las familias españolas asumen el 88 % de los cuidados no profesionales cuando un ser querido padece una enfermedad o algún grado de dependencia. De manera aún más reveladora, en el 90 % de estos casos, esta responsabilidad recae expresamente en mujeres.
La dura realidad detrás de una oferta "ideal"
Bajo el título 'Un trabajo que marcará la diferencia', la campaña de Merck se presenta como un "experimento social" que busca confrontar a la sociedad con la realidad cotidiana de quienes cuidan. La protagonista es Lucía Machota, cuidadora e influencer, quien aborda a transeúntes con una oferta de trabajo que, en apariencia, es envidiable: flexibilidad horaria, estabilidad y un alto grado de implicación.
Sin embargo, a medida que Machota desvela las condiciones del puesto —dedicación total, esfuerzo constante, profunda implicación emocional y, sobre todo, la ausencia de remuneración—, descubren que el "trabajo ideal" no es otro que la realidad no remunerada de los millones de cuidadores no profesionales en el país. El vídeo culmina con Machota compartiendo su propia historia: desde hace siete años, ella dedica la mayor parte de su tiempo al cuidado de su hijo, quien convive con una enfermedad rara que le ha provocado una discapacidad visual.
Compromiso con las personas cuidadoras
La iniciativa de Merck, lanzada con el apoyo de la agencia Grow y la participación de Supercuidadores, se enmarca en su programa global Embracing Carers. Este programa refuerza el compromiso de la compañía con la humanización de la salud, buscando mejorar la calidad de vida tanto de los pacientes como de su entorno, reconociendo a las personas cuidadoras no profesionales como una figura absolutamente esencial.
Marisa García-Vaquero, directora de Corporate & Public Affairs de Merck en España, enfatizó la importancia de esta figura: "El cuidador no profesional es clave para asegurar el bienestar de los pacientes". No obstante, la pregunta fundamental que debe resonar en la sociedad, según García-Vaquero, es: “¿Quién cuida de los que cuidan?”. Por ello, hizo un llamamiento a aprovechar el Día Internacional de las Personas Cuidadoras para dar visibilidad a su labor y reconocer su incalculable aporte social.
Desde el ámbito de las organizaciones de apoyo, Aurelio López-Barajas de la Puerta, fundador y CEO de Supercuidadores, coincidió en la necesidad de visibilizar a los que él denomina "cuidadores familiares". López-Barajas destacó que su labor desinteresada sostiene el bienestar de millones, afirmando que “Cuidan con amor, responsabilidad y una profesionalidad que nace del compromiso y no del salario”.
Cansancio, ansiedad y reducción laboral
La abrumadora asunción de los cuidados por parte de las familias, a pesar de que un 73 % de los encuestados en el Estudio AprEMde de 2019 reconocía falta de conocimientos o recursos, tiene un alto coste personal. La entrega total de las personas cuidadoras a estas tareas impacta significativamente en su salud física y emocional, así como en su situación laboral, generando un desgaste que a menudo pasa desapercibido.
Según el Informe sobre el Bienestar de Cuidadores No Profesionales (Merck, 2020), la mayoría de las personas cuidadoras padecen graves problemas de salud: un 78 % expresa sentir cansancio crónico, un 68 % sufre ansiedad y un 55 % padece depresión. En el ámbito laboral, un 32 % se ve obligado a reducir sus horas de trabajo para atender sus responsabilidades. Las principales preocupaciones de las personas que cuidan a sus familiares son el miedo a perder su empleo (un 70 %) y la incertidumbre que genera no tener un sustituto temporal en caso de enfermedad (34 %).
La campaña de Merck se erige, por tanto, como un grito de atención necesario para que la sociedad no solo reconozca, sino que también respalde con recursos y apoyo efectivo la indispensable labor de los millones de personas cuidadoras que garantizan la calidad de vida de sus seres queridos.
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