Con ese acuerdo llega una larga lista de compromisos de agentes del sector público y privado para combatir el cambio climático, frenar la destrucción de la biodiversidad y el hambre, y proteger los derechos de los pueblos indígenas.
Cada vez más movilizaciones masivas se plantan frente a los líderes mundiales para reclamar que este encuentro sea el último, porque no hay tiempo para frenar esta emergencia global.
La influencia humana en el sistema climático es ahora un hecho establecido. Todo esfuerzo es esencial para ayudar a nuestra sociedad a tomar decisiones más informadas sobre cómo estabilizar nuestro clima.