
Lectura fácil
El inicio de curso trae de vuelta una imagen cotidiana en las entradas de los colegios: niños y adolescentes cargando mochilas escolares repletas de libros, material escolar y, en algunos casos, dispositivos electrónicos.
Lo que parece una rutina inocente esconde, sin embargo, un riesgo para la salud. Según un informe reciente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (Ceapa), el 83 % del alumnado lleva cada día mochilas con un peso superior al recomendado, es decir, más del 10 % de su peso corporal.
La Organización Mundial de la Salud y la Asociación Española de Pediatría coinciden en fijar ese límite como máximo para prevenir dolencias en la espalda. No obstante, la realidad muestra que la mayoría de los escolares lo supera ampliamente.
Primaria, la etapa más crítica con el peso de las mochilas escolares
El estudio, que se basa en una encuesta realizada a 4.500 familias, revela que en todas las franjas de edad se registran excesos. En el caso de los más pequeños, de 6 a 8 años, el 74 % carga más peso del recomendable. La cifra se dispara en el tramo de 8 a 12 años, donde alcanza un preocupante 88,5 %.
En la ESO, aunque el porcentaje desciende ligeramente, todavía afecta a tres de cada cuatro estudiantes, y en Bachillerato se sitúa en un 72,6 %. A pesar de que en las edades más avanzadas hay una menor proporción de alumnos con mochilas escolares sobrecargadas, el peso absoluto es mucho mayor: se manejan medias de 8 a 11 kilos, y en algunos casos extremos el peso llega a los 20 kilos o más.
El dolor de espalda, cada vez más temprano
La Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (Reide), junto con Ceapa y la Fundación Asisa, han aprovechado el comienzo de curso para lanzar una nueva campaña de prevención. El objetivo es claro: fomentar el ejercicio físico y la adopción de rutinas saludables para proteger la espalda desde edades tempranas del peso de las mochilas escolares.
Los expertos advierten que, aunque en los primeros años de vida el dolor de espalda es poco común, a partir de los 10 años su incidencia aumenta. En la adolescencia, el problema ya es muy frecuente: un 69 % de las chicas y un 51 % de los chicos de entre 13 y 15 años han tenido al menos un episodio de dolor. Tras los 15 años, las estadísticas se asemejan a las de la población adulta.
Los investigadores alertan de que sufrir dolor en la infancia es un factor de riesgo para desarrollar dolor crónico en la edad adulta, incluso más determinante que los resultados de pruebas radiológicas. Por eso insisten en que la prevención debe comenzar pronto, alrededor de los 6 años, momento ideal para interiorizar rutinas beneficiosas.
“El Tebeo de la Espalda”: aprender jugando
Dentro de la campaña de sensibilización se ha lanzado una nueva edición de “El Tebeo de la Espalda”, una guía gratuita destinada a alumnos de Primaria, familias y docentes. Este año, los protagonistas SuperBack y WonderBack protagonizan “Una aventura en el tiempo”, donde los niños se convierten en guardianes del movimiento que protegen la salud de la espalda tanto en el presente como en el futuro.
La propuesta convierte el aprendizaje en un juego interactivo. Cada escolar puede elegir distintos escenarios, desde el Antiguo Egipto hasta un futuro distópico, y, en función de sus decisiones, va descubriendo qué hábitos son positivos o negativos para la espalda. Se trata de una forma dinámica de asimilar conceptos de ergonomía, actividad física y autocuidado.
El recorrido finaliza con la posibilidad de recortar el “Escudo de la Patrulla del Movimiento”, un distintivo que simboliza el compromiso activo de los niños, transformándolos en agentes de cambio dentro de sus entornos.
Hábitos sencillos, grandes beneficios
El tebeo, además de entretener, transmite recomendaciones prácticas para la vida diaria con el uso de las mochilas escolares. Entre ellas destacan:
- Mantener una postura adecuada al sentarse: espalda recta, pies apoyados en el suelo y rodillas en ángulo recto.
- Levantarse cada hora y variar la postura para evitar sobrecargas.
- Regular la altura de las sillas escolares para que se adapten al crecimiento de cada alumno.
- Colocar la pantalla del ordenador a la altura de los ojos, evitando giros o inclinaciones.
- No encorvar el cuello ni elevar los hombros al teclear.
- Cargar la mochila de manera equilibrada y sin superar el límite recomendado.
- Interrumpir el uso prolongado de pantallas y dedicar tiempo al movimiento.
- Evitar el reposo absoluto en cama en caso de dolor: la actividad moderada favorece la recuperación.
Una inversión en salud futura
La evidencia científica es clara: los buenos hábitos adquiridos en la infancia tienen un impacto decisivo en la vida adulta. Si se fomenta la actividad física y se corrige la sobrecarga de mochilas escolares desde ahora, se reducirá notablemente la probabilidad de que los escolares sufran dolor crónico en el futuro.
La campaña de Reide, Ceapa y Fundación Asisa busca precisamente eso: convertir a niños y adolescentes en protagonistas de su propio bienestar, apoyados por familias y escuelas que entiendan que una espalda sana es clave para el desarrollo integral.
En definitiva, detrás de las mochilas escolares pesadas se esconde un reto para la salud pública, pero también una oportunidad para cambiar hábitos y construir un futuro con menos dolor y más movimiento.
Añadir nuevo comentario