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Tahlequah, una orca residente del sur, conocida mundialmente por cargar con el cuerpo de su cría muerta durante 17 días en 2018, ha vuelto a vivir una tragedia. Esta vez, su cría más reciente, una hembra, fue vista por última vez a finales de diciembre, pero lamentablemente pereció antes del Año Nuevo.
Aunque este comportamiento no es exclusivo de las orcas, el caso de Tahlequah en 2018 fue especialmente impactante, ya que la madre recorrió más de 1,600 kilómetros, enfrentando serios riesgos para su salud al no poder alimentarse mientras transportaba el cuerpo de su cría. Ahora, en 2025, el mundo vuelve a seguir con atención la difícil situación de esta madre orca y las condiciones que enfrentan las orcas residentes del sur.
El duelo de la orca Tahlequah y su familia
El director de investigación del Centro de Investigación de Ballenas de Estados Unidos, Michael Weiss, ha confirmado que la orca Tahlequah no está sola en este proceso de duelo. En esta ocasión, su hijo Phoenix y su hermana Kiki la acompañan, brindándole apoyo durante este doloroso momento.
Kiki, al igual que en 2018 su madre, está ayudando a la familia compartiendo su comida, lo cual es esencial para la supervivencia de la madre orca. A pesar de esto, el pequeño grupo de Tahlequah se ha separado parcialmente de la manada, moviéndose más lentamente. Este comportamiento puede deberse al esfuerzo físico por arrastrar el cuerpo de la cría fallecida y, posiblemente, al dolor emocional de la pérdida.
El vínculo entre madres y crías en las orcas: Un sentimiento profundo
Los investigadores han señalado que el vínculo entre las orcas madres y sus crías es extraordinariamente fuerte, lo que explica por qué Tahlequah parece no estar lista para dejar ir a su cría. Según Weiss, este comportamiento de duelo no es solo una reacción instintiva, sino un reflejo de una conexión emocional profundamente arraigada. El estudio de estos comportamientos en orcas y otras especies marinas sugiere que este tipo de acciones podrían ser parte de un intento de reanimar al recién nacido, aunque también se interpreta como una muestra de dolor por la pérdida.
Las orcas residentes del sur, como Tahlequah, enfrentan una grave crisis alimentaria. Su principal fuente de alimento, el salmón chinook, está en peligro de extinción, lo que ha afectado gravemente a la población de estas orcas. La falta de alimento ha provocado una disminución en las tasas de natalidad y un incremento de muertes tempranas de crías, lo que preocupa a los investigadores y conservacionistas.
Michael Weiss destaca que las tasas de muerte de crías jóvenes como en la descendencia de la orca Tahlequah residentes del sur son alarmantes y sugieren que el problema va más allá de la simple dificultad para concebir.
Para la comunidad indígena Lummi, las orcas no son solo animales; son parientes. Esta relación profunda y espiritual con las orcas residentes del sur, especialmente con Tahlequah, se remonta a miles de años. Según Kurt Russo, codirector ejecutivo de Se'Si'Le, la muerte de una cría es una pérdida significativa no solo para el ecosistema, sino también para la cultura y la identidad de los lummi. Consideran a las orcas parte de su familia y ver morir a los hijos de estas criaturas es una herida emocional y culturalmente devastadora.
La tragedia continua para las orcas del Sur
La historia de la orca Tahlequah, que ha enfrentado dos tragedias, resalta no solo la fuerte conexión emocional que las orcas tienen con sus crías, sino también los desafíos ambientales y ecológicos que enfrentan las orcas residentes del sur. La disminución de su principal fuente de alimento y la falta de oportunidades para reproducirse son problemas urgentes que deben abordarse para asegurar la supervivencia de esta población en peligro. El futuro de las orcas en la región depende de la conservación del salmón y de la protección de su hábitat, lo que requiere esfuerzos coordinados entre científicos, conservacionistas y comunidades locales.
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