Los riesgos del calor para personas con diabetes, según una experta

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27/08/2025 - 14:30
Riesgos del calor para las personas con diabetes

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Con la llegada del verano, las altas temperaturas pueden afectar de manera significativa la salud de las personas con diabetes. El calor no solo influye en los niveles de glucosa en sangre, sino que también puede alterar la eficacia de la insulina y aumentar el riesgo de complicaciones si no se toman precauciones adecuadas. Mantenerse hidratado, controlar la actividad física y revisar la medicación son claves para disfrutar de la temporada sin poner en riesgo la salud.

Riesgos del calor para personas con diabetes

Con la llegada del verano y las altas temperaturas, las personas con diabetes pueden enfrentar un aumento significativo de ciertos riesgos para su salud. El calor no solo afecta los niveles de glucosa en sangre, sino que también puede interferir con la eficacia de algunos medicamentos y alterar la forma en que el cuerpo responde a la insulina. Estos cambios pueden derivar tanto en hipoglucemias como en hiperglucemias si no se toman precauciones adecuadas.

Las altas temperaturas pueden modificar el funcionamiento de la insulina y otros tratamientos utilizados por personas con diabetes. La exposición prolongada al calor puede reducir la efectividad de la insulina, aumentando la probabilidad de hiperglucemia.

Por otro lado, el calor también puede acelerar el metabolismo y aumentar la absorción de la insulina, lo que podría provocar hipoglucemias si la actividad física se incrementa en verano.

Además, la deshidratación es un factor clave durante los días calurosos. La falta de líquidos hace que la glucosa se concentre más en sangre, elevando los niveles de azúcar. Por ello, mantener una hidratación adecuada se convierte en una prioridad para quienes viven con diabetes.

Actividad física y control de la glucosa

Durante los meses de verano, es habitual que las personas realicen más actividades al aire libre, lo que incrementa el riesgo de cambios bruscos en los niveles de glucosa. Es recomendable medir los niveles antes, durante y después del ejercicio, y llevar siempre fuentes de hidratos de carbono de rápida absorción, como tabletas de glucosa, zumos o azúcar, para actuar rápidamente en caso de hipoglucemia.

Ajustar la intensidad y el horario del ejercicio también ayuda a reducir riesgos. Evitar las horas de más calor y repartir la actividad física en momentos más frescos del día permite mantener el control de la glucosa de manera más segura.

Golpes de calor y cuidados especiales

Las personas con diabetes presentan un mayor riesgo de sufrir golpes de calor, especialmente si tienen complicaciones como neuropatía autonómica. El cuerpo puede tener dificultades para regular la temperatura, por lo que se deben extremar las precauciones al exponerse al sol durante largos periodos.

Los pies requieren una atención especial. El sudor, el calor y un calzado inapropiado pueden favorecer la aparición de ampollas o heridas, que en personas con diabetes pueden derivar en úlceras difíciles de curar. Por ello, revisar los pies diariamente y mantenerlos secos y protegidos es fundamental.

Recomendaciones generales para el verano

Para minimizar riesgos, es importante que las personas con diabetes revisen y, si es necesario, ajusten su medicación bajo supervisión médica. Los cambios en la alimentación, los horarios y la actividad física pueden requerir modificaciones en la terapia.

El control frecuente de la glucosa es clave para detectar cualquier alteración a tiempo. Mantenerse hidratado, evitar la exposición excesiva al calor y llevar siempre una fuente de carbohidratos de absorción rápida permite disfrutar del verano con mayor seguridad.

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