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A pesar de los avances tecnológicos, muchas personas con discapacidad en España siguen enfrentando barreras invisibles que les impiden acceder al empleo. Más de la mitad evita postularse a ofertas de trabajo por el lenguaje excluyente, plataformas inaccesibles y procesos poco adaptados a sus necesidades. Este fenómeno refleja un problema estructural que limita la inclusión laboral y que requiere cambios desde el primer contacto digital hasta la entrevista.
Las personas con discapacidad se enfrentan a la discriminación en el empleo
Muchas personas con discapacidad en España enfrentan un problema frecuente: ven ofertas de trabajo que les interesan, pero no se atreven a postularse. No es por falta de ganas o preparación, sino por obstáculos que van desde el lenguaje usado en las ofertas hasta plataformas digitales inaccesibles.
Aunque internet debería ser un espacio que iguala oportunidades, en la práctica suele actuar como un filtro que deja fuera a quienes más necesitan acceder.
Un estudio realizado por la Fundación Adecco revela que 6 de cada 10 personas con discapacidad evitan enviar su currículum a ciertas ofertas. Esto sucede porque muchas convocatorias usan frases excluyentes como “persona joven y dinámica” o piden requisitos poco razonables, como estar de pie todo el día en trabajos que no lo requieren. Estas demandas implícitas desalientan a quienes no encajan en el perfil “ideal” que se describe.
Problemas tecnológicos e impacto en la salud mental
El informe también señala que casi un tercio de los encuestados se topa con plataformas digitales que dificultan el acceso. Algunos sistemas usan filtros automáticos que penalizan a quienes responden más lento o tienen trayectorias laborales atípicas por motivos de salud.
Además, los formularios con errores técnicos, falta de compatibilidad con lectores de pantalla o ausencia de subtítulos para videos crean barreras invisibles pero reales para personas con discapacidad visual, auditiva o cognitiva.
Para las personas con discapacidad mental, la exclusión es aún mayor, ya que tres de cada cuatro se autoexcluyen por miedo al rechazo y ansiedad ante procesos como entrevistas en videollamada. La sobrecarga cognitiva y el temor a ser juzgados dificultan su participación, especialmente cuando las ofertas no mencionan ajustes razonables ni abren espacio a la diversidad.
Oportunidades y herramientas para romper barreras
A pesar de estas dificultades, la tecnología también puede ser una aliada. Un 43 % de los encuestados usa herramientas de inteligencia artificial para mejorar su búsqueda laboral, como redactar currículums o prepararse para entrevistas. Además, un alto porcentaje muestra interés en formarse en áreas tecnológicas, como programación o ciberseguridad, aunque todavía existen pocas oportunidades inclusivas en esos sectores.
Consciente de estos desafíos, la Fundación Adecco ha creado la Escuela Digital para el Empleo en Madrid, ofreciendo formación en tecnologías digitales y accesibilidad. La idea es transformar el interés y talento existente en empleo real, eliminando barreras desde el acceso a la formación hasta el entorno laboral.
En general, el verdadero cambio para la inclusión laboral debe comenzar mucho antes del día de la entrevista. Hay que revisar cómo se redactan las ofertas, cómo funcionan las plataformas digitales y qué algoritmos se usan, para que muchas personas con discapacidad no se vean obligadas a renunciar antes siquiera de intentarlo.
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