El aumento imparable del pago con tarjeta causa un desplome en las propinas de los camareros

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13/04/2023 - 08:16
Los camareros cada vez obtienen menos propinas

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La pandemia ha cambiado nuestra forma de pago en España. Antes era costumbre dejar propinas al camarero, al taxista o al peluquero, dependiendo de la satisfacción en el trato recibido. Pero con la covid, el dinero en efectivo se convirtió en un foco de contagio y los negocios tuvieron que adaptarse a la generalización del pago con tarjeta.

Desde entonces, las propinas han disminuido significativamente, según afirman los camareros, y eso afecta negativamente a su sueldo.

El uso generalizado de la tarjeta de crédito disminuye las propinas en España

La pandemia ha transformado la manera en que hacemos los pagos en España. Antes, era una costumbre dejar propina al camarero, taxista o peluquero, como muestra de satisfacción por su servicio. Pero con la covid, el dinero en efectivo se consideró un foco de contagio y los negocios tuvieron que adaptarse a la generalización del pago con tarjeta, incluso para las compras más pequeñas.

Esto ha provocado una disminución significativa en las propinas, según lo afirmado por los camareros encuestados. Para algunos clientes, la razón de no dejar propina es porque ya no llevan suelto y pareciera que "no se lleva" desde que se utiliza la tarjeta. Aunque en los restaurantes todavía se deja propina, normalmente se incluye en el pago con la tarjeta.

La propina que se deja con tarjeta se considera para los camareros, aunque en ocasiones estos denuncian que no reciben el monto completo.

Adiós a la costumbre de dejar una parte de propina a la hostelería

El efecto de la pandemia en la forma de pago ha cambiado en España, lo que ha afectado la costumbre de dejar propina. Los clientes ya no llevan suelto y prefieren pagar con tarjeta, incluso para pequeñas compras. La mayoría de los clientes pregunta si pueden dejar la propina a través del datáfono, lo que ha generado un nuevo problema.

Al dejarla con la tarjeta, hay una comisión que se queda el restaurante o se reparte la propina, pero nunca es completa. Esto se ha notado mucho en el sueldo de los camareros.

Además, los datos muestran que el pago con tarjeta ha aumentado de representar el 16 % en 2019 a más del 30 % en 2022, mientras que el pago en efectivo ha disminuido del 83 % al 65 %. Esto ha generado un cambio en la forma en que se deja propina y ha afectado el ingreso de los camareros.

La situación de Estados Unidos pone en entredicho a España

El consenso general es que la forma de pago ha cambiado y es difícil volver a la costumbre de dejar propinas. En algunos restaurantes de Madrid y Barcelona, han comenzado a incluir un porcentaje de la propina en la factura, similar a lo que se hace en Estados Unidos, pidiendo entre un 5 y un 10 % del importe de la comida servida. En España, en cambio, esto no es obligatorio.

El secretario general de la organización de consumidores Facua, Rubén Sánchez, opina que esta técnica trata de "crear un sentimiento de culpa" en el cliente que decida no dejar nada. Aunque Sánchez admite que no es un acto ilegal ya que no se impone la obligación de dejar propina, cree que solicitar ese dinero es aprovecharse del cliente para que "se convierta en el que paga el plus de un salario demasiado reducido" para el personal del establecimiento.

El debate sobre la propina continúa, y surge la pregunta: ¿se necesitan mejores salarios?

Recientemente, el gobierno regional de Madrid ha lanzado una campaña animando a dejar propinas para ayudar a los profesionales del sector de la hostelería a cumplir sus sueños e ilusiones. Sin embargo, esta iniciativa ha sido objeto de críticas y controversias en las redes sociales, ya que muchos creen que lo que realmente se necesita es un aumento salarial para los trabajadores de la hostelería.

En definitiva, parece que la propina ya no es lo que era, y muchos trabajadores de la hostelería se preguntan si es mejor seguir fomentando las propinas o buscar una solución a largo plazo, como un aumento salarial para el sector.

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