Guía para comprar protector solar: cómo entender la etiqueta y elegir bien según la ley europea 

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16/09/2025 - 13:00
Pierna con protector solar

Lectura fácil

Mes de septiembre y, con él, mucha gente se va de vacaciones. Uno de los gestos más importantes para nuestra salud: elegir y aplicar un buen protector solar. Sin embargo, al llegar a la farmacia o al supermercado, el consumidor se enfrenta a un muro de envases con un lenguaje críptico: SPF 30, 50+, UVA en un círculo, "water resistant", "amplio espectro"... La confusión puede llevar a una mala elección, dejando nuestra piel desprotegida ante el riesgo de quemaduras, envejecimiento prematuro y, en el peor de los casos, cáncer de piel.

Afortunadamente, los consumidores en España y en toda la Unión Europea cuentan con un ángel de la guarda silencioso pero increíblemente eficaz: una de las regulaciones cosméticas más estrictas y garantistas del mundo. La normativa europea no solo pone orden en el etiquetado, sino que supervisa cada ingrediente que contiene el bote, asegurando que el protector solar sea tanto seguro como eficaz.

El etiquetado a examen: qué significa cada símbolo de tu protector solar

La ley europea obliga a que la información en el envase sea clara, veraz y no induzca a error. Para ello, estandariza los símbolos y las afirmaciones más importantes.

  • El Factor de Protección Solar (SPF): Es el número más visible y conocido, pero a menudo malinterpretado. El SPF mide únicamente el nivel de protección frente a la radiación ultravioleta B (UVB), que es la principal causante de las quemaduras solares. No indica nada sobre la protección frente a la radiación UVA. Se clasifica en categorías: Baja (SPF 6-10), Media (15-25), Alta (30-50) y Muy Alta (50+).
  • El logo UVA en un círculo: Este es, posiblemente, el símbolo más importante que debes buscar. Garantiza que el producto también ofrece protección frente a la radiación ultravioleta A (UVA), responsable del envejecimiento prematuro de la piel, las manchas y también implicada en el cáncer de piel. La ley exige que la protección UVA sea, como mínimo, un tercio del valor del SPF indicado. Si tu protector solar tiene este logo, estás comprando un protector de "amplio espectro".
  • Las afirmaciones prohibidas: La regulación prohíbe explícitamente el uso de términos que puedan ser engañosos. Por eso, en la UE es ilegal encontrar cremas que pongan "pantalla total", "bloqueador solar" o "protección 100%". Científicamente, ninguna crema puede ofrecer una protección total, y estas afirmaciones creaban una falsa sensación de invulnerabilidad.
  • Resistencia al agua ('Water Resistant'): Esta afirmación no significa que el producto sea impermeable. Indica que, tras un test estandarizado (normalmente 40 minutos de inmersión), el producto mantiene un porcentaje significativo de su SPF. Sin embargo, la recomendación es clara: siempre hay que reaplicar la crema después de cada baño.

Seguridad bajo el microscopio

La garantía europea no se queda en la etiqueta; va hasta el corazón de la fórmula. A diferencia de otras regiones del mundo, en la UE un fabricante no puede utilizar cualquier ingrediente como filtro solar.

La Comisión Europea, asesorada por el Comité Científico de Seguridad de los Consumidores (SCCS), mantiene una "lista positiva" de filtros UV autorizados. Solo los compuestos que están en esa lista, tras haber pasado rigurosas evaluaciones de seguridad y eficacia, pueden ser incluidos en una crema solar. Esta lista se revisa y actualiza constantemente a la luz de nueva evidencia científica, evaluando la seguridad de cada filtro, sus concentraciones máximas y posibles riesgos, como el de ser disruptores endocrinos. Esto proporciona una capa de seguridad para el consumidor que es excepcional a nivel mundial.

El papel del consumidor: cómo elegir y usar correctamente tu protector solar

La regulación nos da herramientas seguras, pero la responsabilidad final recae en nosotros. Para una protección eficaz, sigue estos consejos:

  1. Elige bien: Busca siempre un producto de "amplio espectro" (con indicación de SPF y el logo UVA en un círculo), con un SPF de 30 o superior (50+ para niños, pieles muy claras o exposiciones intensas).
  2. Sé generoso con la cantidad: El error más común es aplicar muy poca cantidad. La medida recomendada es de 2 mg por cm², lo que equivale aproximadamente a la cantidad que cabe en la palma de la mano (o un vaso de chupito) para cubrir todo el cuerpo de un adulto.
  3. Reaplica con frecuencia: El protector solar debe reaplicarse cada dos horas, y siempre después de bañarse, secarse con la toalla o sudar abundantemente.
  4. No olvides zonas clave: Presta especial atención a orejas, nuca, empeines, cuero cabelludo (si hay calvicie) y labios (con un protector labial con SPF).

Gracias a la estricta normativa europea, podemos confiar en que el protector solar que compramos es seguro y cumple lo que promete. Entender su etiquetado y aplicarla correctamente es el último paso para disfrutar del sol de forma inteligente y responsable.

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