El Proyecto Cunina identifica genes clave en la leucemia infantil

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
12/12/2025 - 14:30
leucemia infantil

Lectura fácil

La Fundación Unoentrecienmil impulsa la segunda fase del proyecto Cunina, liderado por el CSIC y el Hospital Niño Jesús, tras identificar mutaciones genéticas clave en 100 familias.

Cambiar el paradigma de la medicina oncológica pediátrica de reactiva a preventiva ya no es una utopía, sino una meta tangible. Esa es la certeza que comparten los investigadores más punteros y la Fundación Unoentrecienmil: la leucemia infantil se podrá prevenir. Actualmente, este tipo de cáncer es la causa de muerte por enfermedad más frecuente en niños en los países desarrollados y su incidencia ha aumentado en las últimas décadas, convirtiendo a la variante aguda de células B en un problema de salud pública prioritario.

El optimismo científico se basa en datos sólidos. El investigador Isidro Sánchez, del Centro de Investigación del Cáncer (CSIC-Universidad de Salamanca), anunció ya en 2017 que la leucemia infantil podría evitarse. Desde entonces, trabaja mano a mano con el doctor Manuel Ramírez Orellana, jefe de Terapias Avanzadas del Hospital Niño Jesús de Madrid, en el ambicioso proyecto Cunina. Su objetivo es desentrañar las mutaciones genéticas implicadas para anticiparse a la enfermedad.

Validando los hallazgos genéticos sobre la leucemia infantil

El proyecto entra ahora en una fase decisiva. En esta segunda etapa de Cunina, financiada por Unoentrecienmil, se procederá a validar funcionalmente dos descubrimientos cruciales obtenidos durante la primera fase, en la que se secuenció el exoma completo de 100 tríos familiares (padre, madre e hijo) afectados por Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA). Los resultados preliminares han sido reveladores.

Por un lado, se ha observado que los menores que han desarrollado la enfermedad acumulan en su línea germinal mutaciones en genes relacionados con la reparación del ADN que no se conocían hasta ahora. Por otro lado, han aparecido alteraciones del gen TFC3 en familias donde varios hermanos han enfermado, lo que sugiere que podría tratarse de un nuevo gen de predisposición a la leucemia infantil. El trabajo actual consiste en comprobar en laboratorio, tanto en modelos de ratón como en células humanas, que estas modificaciones genéticas concretas confieren, efectivamente, una alta probabilidad de desarrollar la patología.

Una inversión millonaria para cambiar el futuro

El motor económico de este avance es la filantropía estratégica. Elena Huarte-Mendicoa, directora general de la Fundación Unoentrecienmil, recuerda el momento en que los doctores Sánchez y Ramírez Orellana le plantearon la posibilidad real de evitar el sufrimiento de miles de familias. "Lo vi claro, confié en los investigadores", asegura.

A pesar de no contar con grandes recursos en 2019, la fundación invirtió inicialmente más de 540.000 euros. Ahora, redoblan la apuesta. "En esta segunda fase, añadimos otros 900.000 euros y estamos seguros de que en breve tendremos esos resultados ansiados que salvarán vidas", afirma Huarte-Mendicoa, destacando la importancia de apoyar investigaciones que buscan erradicar la leucemia infantil desde su origen.

El mecanismo del "doble golpe" y el entorno

Para entender la prevención, primero hay que entender el mecanismo. La ciencia sabe que ciertas alteraciones genéticas, como las del gen PAX5, predisponen a la enfermedad. Cerca del 5 % de los niños nacen con alguna susceptibilidad, pero esta predisposición por sí sola no basta; es necesario un segundo evento.

La leucemia infantil se produce cuando un individuo con esa mutación genera un clon preleucémico que permanece inactivo hasta que se expone a un factor externo, como una infección común. Es en ese contexto de estrés inmunológico cuando la célula evoluciona a una leucemia aguda. Del 5 % de niños con alteraciones genéticas, solo el 1 % desarrolla finalmente el cáncer, y el objetivo de Cunina es identificar con precisión a ese grupo de riesgo.

Tecnología punta para acelerar los resultados

Para afinar la búsqueda, el proyecto ha sumado potencia tecnológica. En 2022 se incorporó un perfil bioinformático especializado en variant calling, un proceso computacional que identifica diferencias genéticas con gran precisión. Además, en 2024, ante los resultados prometedores, se han unido al consorcio el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y la Fundación Jiménez Díaz.

Con este equipo multidisciplinar, España se sitúa a la vanguardia mundial, ampliando el conocimiento sobre las bases genéticas de la leucemia infantil y acercándose al día en que ningún niño tenga que pasar por la enfermedad.

Añadir nuevo comentario