Un estudio alerta de que cada ser humano podría estar consumiendo, sin saberlo, más de 50.000 partículas de microplásticos anualmente a través del agua, los alimentos y el aire. .
El aumento de las olas de calor debido al cambio climático está facilitando la propagación de enfermedades parasitarias como el dengue o la leishmaniasis. Las altas temperaturas afectan al ciclo de vida de los vectores y aumentan su presencia en nuevas zonas.