Lectura fácil
La ausencia de sistemas de saneamiento adecuados continúa siendo uno de los problemas ambientales y sociales más urgentes del planeta. Casi la mitad de la población mundial sigue sin acceso a servicios básicos, lo que provoca la liberación de aguas residuales sin tratar en el entorno y agrava la contaminación de ríos, acuíferos y suelos. Este escenario, lejos de ser una preocupación remota, está íntimamente ligado a realidades actuales como el crecimiento acelerado de las ciudades, la presión demográfica y la necesidad de infraestructuras más resistentes frente al cambio climático.
En este contexto se enmarca el Día Mundial del Saneamiento, que cada año Naciones Unidas celebra cada 19 de noviembre, una fecha que busca poner en el centro del debate internacional la urgencia de abordar esta problemática.
Un desafío intensificado por el clima extremo
La combinación de episodios de lluvias torrenciales y periodos cada vez más prolongados de sequía (fenómenos asociados al calentamiento global) está poniendo a prueba la capacidad de las infraestructuras que regulan el ciclo del agua. El ejemplo de la DANA que afectó a Valencia hace un año es un recordatorio reciente: sistemas diseñados para condiciones climáticas del pasado ya no son suficientes ante los eventos extremos del presente.
Aunque países como España cuentan con estándares elevados en los servicios urbanos de agua, persisten problemas concretos que requieren atención inmediata. Las debilidades se concentran en tres áreas vinculadas al saneamiento:
- La recogida y el tratamiento de las aguas residuales, aún insuficientes en determinadas regiones.
- La regeneración de agua, esencial para aumentar la disponibilidad del recurso.
- La inversión en infraestructuras adaptadas a la emergencia climática, que garanticen continuidad y eficacia incluso bajo condiciones extremas.
La respuesta de Veolia: innovación y economía circular
Ante este panorama, Veolia, empresa líder en servicios ambientales de agua, energía y residuos, ha destacado su compromiso en un comunicado reciente. Según la compañía, su aportación se centra en poner al servicio de las ciudades su capacidad técnica, su experiencia acumulada y sus tecnologías consolidadas para mejorar la gestión de los recursos hídricos y modernizar las redes de saneamiento.
Veolia apuesta por proyectos que integran la economía circular y por modelos de colaboración basados en alianzas público-privadas, considerados fundamentales para impulsar una transformación ecológica real y duradera.
Solo en España, la empresa suministra agua a 13,5 millones de personas repartidas en más de 1.100 municipios, y asume un papel clave en la depuración: trata más del 25 % del agua residual del país. Además, el 14 % de toda el agua tratada por el grupo se reutiliza, un porcentaje que sigue creciendo gracias a innovaciones como las ecofactorías, instalaciones que convierten a las depuradoras tradicionales en centros avanzados de recuperación de recursos.
Ecofactorías, el camino hacia un ciclo del agua plenamente circular para el saneamiento
El concepto de ecofactoría está sustentado en cuatro pilares diseñados para transformar por completo la forma de tratar las aguas residuales:
- Regeneración y reutilización del agua para múltiples usos: desde riego agrícola hasta abastecimiento industrial o mantenimiento urbano.
- Valorización de residuos derivados de la depuración, convirtiéndolos en recursos útiles como compost o materiales recuperados.
- Reducción del consumo energético, combinada con la máxima producción de energía verde dentro de las propias instalaciones.
- Renaturalización de los espacios para minimizar su impacto ambiental y mejorar su integración con el entorno.
Dos ejemplos emblemáticos en España muestran el potencial de este modelo:
La instalación granadina es autosuficiente y llega incluso a generar hasta un 140 % de la energía que necesita para funcionar, lo que la convierte en un ejemplo de eficiencia. No solo trata el agua: también recupera lodos, arenas y grasas para producir abono destinado a la agricultura y jardinería.
En Barcelona, la ecofactoría utiliza agua regenerada con múltiples finalidades: mantener el caudal ecológico del río Llobregat, regar zonas verdes urbanas y agrícolas e inyectar agua en pozos para frenar la intrusión salina y mejorar la calidad del acuífero local.
La monitorización es clave para anticiparse a riesgos sanitarios
El análisis de aguas residuales se ha convertido en una herramienta imprescindible para prevenir riesgos de salud pública en lo que respecta al saneamiento. En esa línea, la Agencia Ejecutiva Europea de Salud y Digital (HaDEA), bajo el programa EU4Health, ha puesto en marcha en 2025 una iniciativa continental para reforzar la vigilancia de patógenos y contaminantes en las aguas residuales. Su objetivo: construir un sistema europeo de alerta temprana capaz de detectar señales de futuras pandemias o amenazas emergentes.
Dentro de este proyecto, Veolia participa a través de sus laboratorios en España, encargados de monitorizar contaminantes emergentes en 500 muestras procedentes de distintas ciudades europeas. Cada una de esas muestras se somete a más de 500 análisis, lo que permite detectar virus, bacterias, fármacos y otras sustancias problemáticas en fases muy tempranas.
Un esfuerzo conjunto con instituciones científicas
Este trabajo se desarrolla en colaboración con el CSIC, Cetaqua y la Universidad de Santiago de Compostela, y se apoya en la experiencia acumulada durante más de diez años en ciudades como Madrid, Barcelona y Sevilla. Veolia destaca además por ser la única empresa de su sector incluida en esta iniciativa, cuyo alcance europeo supone un hito sin precedentes.
La compañía recalca que esta plataforma de vigilancia integrada permite monitorizar dinámicamente la salud pública con el saneamiento, un avance decisivo en un contexto global marcado por la incertidumbre sanitaria y ambiental.
Añadir nuevo comentario