Senderos terapéuticos: la clave para cuidar cuerpo y mente

Los senderos terapéuticos surgen de las bases científicas que certifican como cuerpo y alma resetean y sanan en los entornos naturales.

"La naturaleza es importante para nuestra salud en muchos sentidos", afirma Melissa Lem, médico de Vancouver (Canadá) y directora de PaRx, un programa que anima a los médicos a recetar a sus pacientes que pasen tiempo en la naturaleza.

En estos tiempos en los que la salud mental está tan deteriorada, muchas ciudades han instalado este tipo de terapia, que son caminos cortos y con guía, para que podamos sumergirnos con los cinco sentidos en la naturaleza.

Razones para buscar y realizar un senderos terapéuticos

Ya hay más de una docena de senderos terapéuticos en Estados Unidos, Costa Rica, Eslovenia y Canadá y su inspiración tiene que ver con una tradición japonesa llamada shinrin-yoku, que tiene que ver con el baño en el bosque.

Actualmente, estos senderos tienen 1km de longitud, con pocos cambios de altitud, acceso al agua y discurren por caminos sin asfaltar.

Los expertos dicen que la clave está en que el sendero nos brinde una experiencia relajante y que los ruidos propios del entorno nos entren por los oídos.

Este tipo de senderos terapéuticos cuentan con indicaciones que guían a los visitantes a que inhalen profundamente, escuchen el agua, toquen un árbol, cierren los ojos, etc.

En los senderos terapéuticos la prisa no tiene que venir en la mochila, pues aquí debemos utilizar todos los sentidos, para poder captar toda la información que nos regala la naturaleza.

Gracias a los guías que nos acompañan a través de los senderos terapéuticos, descubrimos que los pinos emiten fitoncidas, unos aceites esenciales que nos pueden causar un efecto calmante y que algunas agujas de hoja perenne pueden convertirse en un té rico en vitamina C.

Ayudar a conectar comunidades a través del canto de un pájaro o del crujir de las hojas caídas

Desde 2018, la ANFT ha certificado 20 senderos terapéuticos en todo el mundo, y durante el año pasado esta organización recibió unas 40 solicitudes nuevas.

Podemos decir que estamos ante una nueva moda, pero no una moda cualquiera, donde prima todo aquello que contamina cada rincón.

Ante una sociedad tan acelerada, conectada a través de la tecnología, los senderos se presentan como la opción perfecta para no solo cuidar cuerpo y mente, sino para conectarnos entre nosotros con el cara a cara, relajados, respirando, escuchando.

En estos senderos terapéuticos aprendemos a observar y prestar atención detenida a olores y a disfrutar de visualizar como una hoja caída se va alejando por un sonoro arroyo. Esto no solo nos cuida en todos los niveles, sino que nos hace partícipes de primera mano de todo lo que nos aporta la naturaleza y de lo necesario que es cuidarla y conservarla.