Síndrome postvacacional: cómo detectarlo y prevenirlo con hábitos saludables

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08/08/2025 - 16:00
Mujer tomando un café junto a su portátil

Lectura fácil

Volver a la rutina después de unas vacaciones puede resultar más difícil de lo esperado. Algunas personas experimentan cansancio, apatía, tristeza o falta de concentración en los primeros días de trabajo o estudio. A estos síntomas se les conoce como síndrome postvacacional. No se trata de una enfermedad como tal, sino de una respuesta adaptativa del cuerpo y la mente ante un cambio brusco de hábitos.

Aunque suele desaparecer en pocos días, es importante saber cómo detectarlo y qué podemos hacer para sobrellevarlo mejor.

¿Qué es el síndrome postvacacional y cómo se manifiesta?

El síndrome postvacacional aparece con más frecuencia al reincorporarse a un entorno laboral o académico exigente, especialmente después de un periodo prolongado de descanso. Las personas afectadas pueden sentir fatiga, irritabilidad, nerviosismo, trastornos del sueño o incluso dolores de cabeza o musculares.

Además, también pueden experimentar una sensación de tristeza o desánimo, que en algunos casos se confunde con la depresión. Sin embargo, a diferencia de los trastornos depresivos, el síndrome postvacacional suele desaparecer de forma natural en unos días, a medida que el cuerpo y la mente se readaptan a la rutina.

Aunque no afecta a todo el mundo, suele ser más común en personas que no están satisfechas con su situación laboral o educativa, o que vuelven de unas vacaciones especialmente agradables. También puede influir el tipo de trabajo, el nivel de exigencia o estrés, e incluso el horario.

Claves para prevenirlo y adaptarse mejor a la rutina

La mejor forma de prevenir el síndrome postvacacional es planificar bien el regreso y no dejar el cambio de ritmo para el último día. Volver unos días antes del inicio oficial al lugar de residencia, adelantar horarios de sueño y comidas o realizar tareas ligeras puede facilitar mucho la transición.

También es útil:

  • Recuperar hábitos saludables: dormir al menos 7-8 horas, mantener una alimentación equilibrada y realizar ejercicio físico.

  • Incorporarse progresivamente a las responsabilidades, si es posible. Por ejemplo, organizando una primera semana con tareas más llevaderas o más pausadas.

  • Dedicar tiempo a actividades placenteras: leer, pasear, quedar con amigos o practicar aficiones ayuda a equilibrar el impacto emocional del cambio.

  • Mantener una actitud positiva ante el regreso: pensar en lo bueno de la rutina o en los proyectos por delante ayuda a reducir la resistencia mental.

¿Cuándo pedir ayuda profesional?

Si bien lo habitual es que el síndrome postvacacional se resuelva en menos de una semana, si los síntomas persisten durante más de 15 días, o interfieren de manera notable en la vida diaria, puede ser necesario consultar con un profesional de la salud mental.

La presencia de ansiedad constante, tristeza profunda, insomnio severo o dificultad para realizar tareas cotidianas puede indicar un trastorno emocional más complejo, como la depresión o el trastorno de ansiedad generalizada.

Buscar ayuda no es una señal de debilidad, sino un paso importante para recuperar el bienestar emocional. Adaptarse a los cambios también implica reconocer cuándo necesitamos apoyo.

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