La ayuda humanitaria sufre el mayor recorte de financiación de la historia según la ONU

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17/12/2025 - 08:43
Personas en un coche pidiendo ayuda humanitaria

Lectura fácil

Si el año 2025 será recordado por algo en los libros de historia, lamentablemente no será por la paz ni por la prosperidad compartida, sino por el silencio. El silencio de las cuentas bancarias de los organismos internacionales que, vacías, han dejado de responder a las llamadas de auxilio. Según un desgarrador reportaje publicado por RTVE a principios de este mes, la ayuda humanitaria mundial ha sufrido el mayor desplome de financiación de su historia. La frase que resume la situación, pronunciada por altos cargos de la ONU, resuena hoy con un eco lúgubre: "Vamos a una mayor oscuridad".

No estamos hablando de un simple ajuste presupuestario o de una ligera bajada en las donaciones. Estamos ante un colapso sistémico. La brecha entre lo que el mundo necesita para sobrevivir y lo que los países donantes están dispuestos a pagar nunca había sido tan abismal. Mientras los conflictos se multiplican y el cambio climático arrasa cosechas, la billetera global se ha cerrado de golpe.

La tormenta perfecta: fatiga y egoísmo nacional

¿Cómo hemos llegado a este punto de "oscuridad"? Los expertos señalan una confluencia de factores tóxicos. En primer lugar, la llamada "fatiga del donante". Tras años de crisis encadenadas —pandemias, guerras en Europa y Oriente Medio, desastres naturales—, las potencias occidentales parecen haberse insensibilizado ante el sufrimiento ajeno.

A esto se suma la situación económica interna de muchos países tradicionales donantes, que en 2025 han priorizado políticas de austeridad o rearmamento militar sobre la cooperación al desarrollo. El dinero de la ayuda humanitaria que antes iba a sacos de arroz o vacunas ahora se destina a controlar fronteras o a subsidios domésticos.

La solidaridad se ha convertido en un lujo prescindible en los presupuestos nacionales, ignorando que la inestabilidad global tarde o temprano llama a la puerta de casa.

El impacto de la falta de ayuda humanitaria hace que tengamos que elegir quién come y quién no

El impacto de este recorte no es una estadística en un Excel; es una sentencia de muerte en el terreno. Las agencias de ayuda humanitaria, como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) o ACNUR, se han visto obligadas a tomar decisiones que ningún ser humano debería tomar: elegir a quién salvar.

El reporte de RTVE destaca situaciones dramáticas. En campos de refugiados de África y Asia, las raciones de comida se han reducido a la mitad o menos. Hospitales de campaña en zonas de conflicto han tenido que cerrar por falta de combustible para los generadores o de medicinas básicas.

La "oscuridad" es literal: sin fondos, no hay luz, no hay agua potable, no hay esperanza. Millones de personas que dependían exclusivamente de esta asistencia externa para subsistir han quedado desamparadas, empujadas al abismo de la hambruna y la enfermedad.

Un bumerán geopolítico

Más allá de la tragedia moral, este desplome financiero de ayuda humanitaria es un error estratégico monumental.

La ayuda humanitaria no es solo caridad; es un pilar de la seguridad global. Cuando se retira la asistencia a poblaciones desesperadas, se crea el caldo de cultivo perfecto para el extremismo, la violencia y los desplazamientos masivos descontrolados.

Al dejar caer a los países más frágiles, la comunidad internacional está sembrando las semillas de las crisis de 2026 y 2027. La falta de inversión en estabilidad hoy se pagará con intereses de caos mañana.

La advertencia de la ONU es clara: si no se revierte esta tendencia de inmediato, el sistema humanitario tal como lo conocemos podría desmoronarse, dejando al mundo en una etapa de "sálvese quien pueda" donde la ley del más fuerte impera sobre la ley de la humanidad.

Estamos cerrando 2025 con una lección dolorosa: la indiferencia mata tanto como las bombas. Y la oscuridad que se cierne sobre los más vulnerables amenaza con envolvernos a todos si no volvemos a encender la luz de la ayuda humanitaria y la cooperación.

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