'Brexit': más de 350.000 españoles se inscriben como residentes en el Reino Unido tras la salida del país de la UE

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26/08/2021 - 13:36
Imagen recurso del Brexit en Pixabay

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Más de 350.000 españoles se inscribieron en el ‘Settlement Scheme’, el sistema de registro que el Gobierno británico estableció para los ciudadanos de países de la Unión Europea que estuvieran en el país a 31 de diciembre de 2020.

Según las últimas cifras facilitadas por las autoridades británicas y recogidas por Servimedia, el total de ciudadanos españoles registrados a 30 de junio de 2021 es de 353.200. La cifra de cuántas de esas solicitudes se han procesado estará disponible el 16 de septiembre. En la actualización anterior, a fecha 30 de marzo, se habían procesado 304.310, de las que el 43 % recibieron el estatus de asentado, mientras que el 54 % obtuvieron el de pre-asentado. El 3 % de las peticiones restantes fueron declaradas inválidas, retiradas o rechazadas.

Más de 5 millones de ciudadanos europeos solicitaron vivir en Reino Unido tras el Brexit

Desde que el Programa de Asentamiento se puso en marcha en marzo de 2019 hasta el final del plazo, el 30 de junio de 2021, más de 6 millones de ciudadanos de la UE y del Espacio Económico Europeo solicitaron residir en Reino Unido, de las que se procesaron 5,44 millones: el 52 % recibieron el estatus de asentado y el 43 % el de pre-asentado. El 4 % restante fueron rechazadas, retiradas o declaradas inválidas.

La diferencia entre ambos estatus es que los que llevan menos de cinco años viviendo en el país reciben el de pre-asentado. Una vez alcanzan los cinco años, pueden pedir el de asentado. Estas cifras incluyen las solicitudes repetidas, que casi medio millón, por lo que el número real de personas que se apuntaron al programa fue de 5,5 millones.

Los españoles fueron la quinta nacionalidad por solicitantes tras los ciudadanos de Polonia (con 1.091.500), Rumanía (1.067.200), Italia (545.600) y Portugal (414.100).

Un nuevo horizonte para Reino Unido

Las grandes dificultades para llegar a un acuerdo tras el referéndum de 2016 que certificó que una ajustada mayoría de ciudadanos del Reino Unido -52 % del "Sí" frente al 48 % del "No"- deseaban salir de la Unión Europea, se materializaron el día 1 de enero de 2021, fecha a partir de la que el Brexit fue efectivo.

Además de la volatilidad en el mercado de divisas del euro-libra, la incertidumbre en materia de exportaciones preocupaba a multitud de empresas exportadoras ante la posibilidad de que subieran los aranceles, es decir, los impuestos para intercambiar productos de un país a otro. El 24 de diciembre de 2020, Bruselas y Londres llegaron a un acuerdo para asegurar la libertad comercial y evitar aranceles millonarios que amenazaban a sectores como el pesquero o el energético. Solo para España, el 7 % de las exportaciones se destinan a Reino Unido, que además supone el 56 % de la inversión extranjera en nuestro país.

“Seguiremos cooperando con el Reino Unido en todas las áreas de interés mutuo, por ejemplo en cambio climático, energía, seguridad y transporte”, agregó la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, tras alcanzar el acuerdo, que también aseguraba el mercado entre empresas de uno y otro bloque. Según la BBC, instituciones como el FMI y la OCDE advirtieron que la salida de la UE provocaría un estancamiento de la economía, un aumento del desempleo y el desplome de la libra, cuyas predicciones están por comprobarse.

La inmigración como arma de propaganda

Más importante que la economía es el factor humano. Hay muchas personas que tratan de ganarse la vida en los territorios de la isla, bien por motivos familiares o en busca de oportunidades laborales. Según la ONU, en 2020 Reino Unido tenía casi 10 millones de inmigrantes, es decir, un 14,25 % de la población. Esta inmigración es principalmente procedente de India (9,61 %), Polonia (9,57 %), Pakistán (6,33 %). “No podemos circunscribir la política migratoria sOlo al control de fronteras”, dijo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en septiembre del año pasado. “Tiene que haber un componente de responsabilidad y humanidad”, añadió, en referencia a la política migratoria tras el Brexit.

Tristemente, una de las cuestiones que esgrimían los principales impulsores del Brexit para dejar la UE, además de restaurar la soberanía del Reino Unido y de mejorar los vínculos entre los países de la Commonwealth, era la inmigración. Nigel Farage, del partido Ukip, principal artífice del Brexit, llegó a postrarse ante un cartel de refugiados sirios tratando de cruzar la frontera entre Croacia y Eslovenia en 2015.

Este discurso caló especialmente entre la población con menos ingresos y, quizás, entre la de edades mayores. La BBC informó en 2016 que tres de cada cinco votantes mayores de 65 se declaraban a favor de dejar la Unión Europea. De hecho, según una encuesta, el 75% de los británicos entre 18 y 24 años quería quedarse en Europa, pero el referéndum registró más votantes de edad avanzada que jóvenes, que vieron cómo la gente de más edad decidían su futuro, algo que también consintió la abstención de la juventud.

Otra enseña que los favoritarios del Brexit decían era que dejar la UE daría hasta 350 millones de libras semanales para gastar en el sistema de salud pública, una cifra en entredicho incluso por el Departamento de Tesoro del país y cuyo error incluso Farage reconoció, aunque no evitó que se usara como andanada propagandística.

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