La bronquiolitis tiene mayor incidencia durante los meses de noviembre a marzo. Así puedes prevenirla

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06/11/2019 - 13:41
bronquiolitis

Lectura fácil

La bronquiolitis es una infección respiratoria muy común. Afecta mucho más a niños menores de dos años, y especialmente a los que tienen menos de seis meses.

Casi un 75% de los niños la contrae durante su primer y segundo año, y hasta un 100% ha estado expuesto, según informa la Asociación Española de Pediatría.

Esta infección producida por un virus, que casi siempre es el virus respiratorio sincitial, VRS, provoca la inflamación de los bronquios y los bronquiolos, que son los conductos más pequeños que llevan el aire dentro del pulmón.

La mayoría de los casos de bronquiolitis son leves

Solamente algunos de los pequeños que se contagian con este virus, acaban desarrollando la bronquiolitis. Además, por fortuna, son casos leves que remiten al cabo de una semana.

Pero en otros casos se puede llegar a complicar y precisar de un ingreso hospitalario. Uno de los factores determinantes en la crecida de los ingresos por el virus son las cifras que muestran los meses de invierno.

Se han llegado a registrar unas 14.000 hospitalizaciones cada año. Entre los meses de noviembre a marzo son cuando se incrementan los casos de bronquiolitis infantil.

Síntomas

De entrada, los síntomas son muy parecidos a los de un resfriado común. Se presenta mucosidad, tos y fiebre. En algunos niños el virus VRS se queda ahí, sobre todo entre los mayores.

Pero al cabo de uno o dos días, si evoluciona a una bronquiolitis, los bronquios se inflaman dificultando el paso del aire y esos síntomas empeoran.

  • Dificultad para respirar
  • Pitidos o silbidos con la respiración
  • Se da una respiración muy rápida que llega a marcar las costillas
  • Tos muy fuerte con gran cantidad de moco
  • Otitis media (en algunos casos)
  • Algún vómito
  • Falta de apetito y/o dificultad para tragar

En caso de que el niño presente dificultad para respirar, se debe acudir al pediatra de forma rápida y urgente, para que pueda prescribir el tratamiento adecuado.

Esto consistirá en administrar al pequeño antipiréticos y/o antinflamatorios, realizar lavados nasales con frecuencia y broncodilatadores, pero puede que no funcionen en todos los casos.

No se prescriben antibióticos al no tratarse de una infección bacteriana. Está completamente desaconsejado administrar antitusivos y mucolíticos.

Los casos graves pueden presentar neumonía o deshidratación, por lo que se aconseja el ingreso hospitalario inmediato.

Por normal general los síntomas de la bronquiolitis desaparecen al cabo de 7 a 12 días, pero existen casos en los que puede durar hasta un mes.

Tras padecer una bronquiolitis, los niños quedan más predispuestos durante un tiempo a padecer insuficiencia respiratoria al coger un resfriado.

Formas de prevenirla

El VRS es el responsable de que se aparezcan entre el 60-90% de los casos de bronquiolitis.

Este es un virus muy contagioso que es transmitido de persona a persona, al igual que un catarro, mediante las gotitas en el aire cuando alguien tose, estornuda o habla. El patógeno entra en contacto con la nariz o la boca.

Al taco con otros objetos "contaminados" también puede ser contraído. Pero se pueden mantener unas medidas higiénicas para prevenir la bronquiolitis.

  • Evitar exponer al niño a personas enfermas o acatarradas.
  • Evitar los lugares concurridos y cerrados, sobre todo las guarderías. Aunque en muchos casos es difícil, se recomienda evitar llevar a los niños menores de 12 meses -y sobre todo de seis meses- a la escuela infantil. Esto es especialmente importante en caso de niños que nacieron prematuros, que tienen problemas de corazón o respiratorios o algún problema de inmunodeficiencia
  • No fumar en casa ni exponer al niño al humo del tabaco.
  • Lavar a menudo los objetos que están en contacto con el niño y que se suele llevar a la boca, como juguetes.
  • Lavarse las manos a menudo, sobre todo si se ha estado en contacto con alguien enfermo y antes de tocar a su hijo.
  • Optar por la lactancia materna. Al menos seis meses y todo el tiempo que la madre y el niño quieran. La OMS recomienda dos años, pues está demostrado que los bebés alimentados con leche materna están más protegidos contra la bronquiolitis y las complicaciones derivadas de esta.

Aún no existe ninguna vacuna que pueda prevenir la bronquiolitis, pero se encuentra en fase de desarrollo.

Los bebés con factores de riesgo pueden recibir de manera prescrita por sus médicos un medicamento llamado palivizumab (Synagis), el cual refuerza el sistema inmunitario.

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