La OCDE reconoce a dos ciudades españolas como modelos de bienestar para mayores de 65 años

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19/05/2025 - 17:00
Mano de una persona mayor

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El envejecimiento de la población ya no es una preocupación del futuro: es un reto urgente para el presente. La inversión de la pirámide poblacional es una realidad. Así lo advierte la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en un informe reciente que ha elaborado, el cual alerta sobre la necesidad de adaptar las ciudades a una pirámide demográfica en rápida transformación. Según el organismo, en tan solo quince años, una de cada tres personas que habite en zonas urbanas tendrá más de 65 años. 

Frente a este panorama, ha puesto el foco en dos ejemplos de buenas prácticas en España: una innovadora iniciativa de vivienda intergeneracional en Alicante y un ambicioso rediseño urbano en Barcelona conocido como las 'superilles'.

Alicante y Barcelona, modelos de ciudades amigables con los mayores

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha destacado a Alicante y Barcelona como dos ejemplos de buenas prácticas urbanas para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. En su último informe sobre envejecimiento activo, ambas ciudades han sido reconocidas por implementar políticas públicas que favorecen la autonomía, inclusión y participación activa de quienes superan los 65 años.

Con una población cada vez más envejecida, estas dos urbes han apostado por transformar sus espacios y servicios con una visión integral del bienestar senior. La OCDE ha valorado especialmente su compromiso con un urbanismo adaptado, redes de apoyo social y programas que fomentan la salud física, mental y emocional de las personas mayores.

Alicante y Barcelona apuestan por un envejecimiento saludable

Barcelona lleva años trabajando en un modelo de ciudad cuidadora, con iniciativas como la app Vincles BCN, que conecta a personas mayores que viven solas para combatir el aislamiento social. También ha reforzado la atención domiciliaria y ha diseñado espacios públicos adaptados para promover la movilidad y la seguridad.

Por su parte, Alicante ha puesto en marcha proyectos que fomentan el envejecimiento activo a través de actividades culturales, deportivas y educativas. Además, ha adaptado su infraestructura urbana para hacerla más accesible, incluyendo transporte público inclusivo, aceras amplias, bancos ergonómicos y señalización clara.

Ambas ciudades han desarrollado centros municipales que ofrecen atención personalizada, asesoramiento y actividades diseñadas para potenciar la autonomía y la vida comunitaria de las personas mayores.

Un ejemplo para otras ciudades

La OCDE subraya que el envejecimiento poblacional es uno de los mayores retos globales del siglo XXI. Sin embargo, también lo considera una oportunidad para reinventar los entornos urbanos y hacerlos más inclusivos para todos. Alicante y Barcelona han demostrado que, con voluntad política y planificación, se pueden diseñar ciudades donde las personas mayores no solo vivan, sino que vivan bien.

Estas iniciativas no solo benefician a los mayores, sino que también fortalecen la cohesión social y mejoran la calidad de vida general. La OCDE anima a otros municipios a seguir el ejemplo de estas dos ciudades españolas y adaptar sus políticas locales para crear entornos más amigables con el envejecimiento.

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