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En el marco del Día Mundial de la Salud Sexual, la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe) ha puesto de relieve una situación preocupante: hombres y mujeres con discapacidad física y orgánica continúan enfrentándose a graves obstáculos que limitan el ejercicio pleno de sus derechos sexuales y reproductivos. Estos derechos, fundamentales para la autonomía y el desarrollo de una vida digna, siguen sin estar plenamente garantizados.
Presentación de un estudio revelador sobre el estado de los derechos sexuales y reproductivos de la discapacidad
Con motivo de esta fecha, la entidad presentó el Estudio sobre los derechos sexuales y reproductivos de las personas con discapacidad física y orgánica. El documento combina testimonios personales, entrevistas y análisis documental para exponer la realidad de este colectivo.
En sus páginas se recogen las múltiples barreras (estructurales, sociales y familiares) que restringen el acceso a la educación sexual, a los servicios de salud en condiciones de accesibilidad y, en definitiva, a la capacidad de decidir de forma libre y responsable sobre la propia vida reproductiva.
Uno de los principales hallazgos del informe es la ausencia de políticas públicas específicas que protejan y promuevan estos derechos sexuales y reproductivos. A ello se suma la falta de formación adecuada entre profesionales sanitarios y sociales, lo que genera situaciones de trato discriminatorio y vulneración de la autonomía personal.
También se subraya la persistencia de prejuicios y estigmas que continúan influyendo en la manera en que la sociedad percibe la sexualidad y la capacidad reproductiva de las personas con discapacidad.
La carencia de recursos accesibles en los centros de salud constituye otro de los problemas destacados para los derechos sexuales y reproductivos de la discapacidad. Muchos espacios y equipos médicos no están adaptados, lo que se traduce en dificultades para acceder a pruebas ginecológicas, consultas de fertilidad u otros servicios relacionados con la salud sexual.
Voces que ilustran la realidad
El informe no solo ofrece un análisis técnico, sino que también da espacio a testimonios que reflejan con claridad las barreras vividas con respecto a los derechos sexuales y reproductivos.
- Rosa, una mujer con esclerosis múltiple que vive en Ourense, recuerda cómo su médico insistió en colocarle un dispositivo intrauterino (DIU) tras recibir el diagnóstico, poniendo en duda su capacidad de ejercer la maternidad.
- Arturo, un hombre madrileño con osteogénesis imperfecta, relata cómo la sociedad le ha hecho sentir que su cuerpo “no es válido”, reforzando el estigma y la exclusión.
- María, afectada por poliomielitis, describe las complicaciones que enfrenta para realizarse pruebas ginecológicas debido a la falta de recursos adaptados en los servicios de salud.
Estos relatos ponen de manifiesto que la negación del derecho a decidir sobre el propio cuerpo no es un hecho aislado, sino una problemática extendida.
La perspectiva de Cocemfe
Durante la presentación, Marta Valencia, secretaria de Organización y comisionada de Mujer e Igualdad de Cocemfe, subrayó que a menudo “no somos reconocidas como personas autónomas, deseantes o capaces de tomar decisiones sobre nuestros cuerpos y nuestra vida afectiva”. Para ella, esta visión perpetúa un modelo discriminatorio que margina a este grupo social e impide su plena participación como ciudadanos de pleno derecho, vulnerando así sus derechos sexuales y reproductivos.
Ante esta realidad, la confederación reclama que los derechos sexuales y reproductivos de las personas con discapacidad sean incorporados de manera explícita en las políticas públicas de salud, educación y servicios sociales. Entre las medidas concretas que plantea se encuentran:
- Formación especializada de profesionales sanitarios y sociales en materia de discapacidad, género y derechos humanos.
- Acceso a información accesible que permita a cada persona comprender y ejercer sus derechos sin barreras comunicativas.
- Servicios inclusivos que garanticen una atención sexual y reproductiva adaptada a las necesidades específicas de este colectivo.
- Apoyos personalizados, diseñados desde el respeto a la autodeterminación y la libertad de elección.
La salud sexual como derecho humano
En palabras de Valencia, “la salud sexual es un derecho humano fundamental”, y garantizarlo para las personas con discapacidad no es solo una cuestión de igualdad, sino de justicia social.
Con este estudio, Cocemfe pretende visibilizar una realidad que sigue siendo silenciada, y al mismo tiempo abrir un debate que impulse cambios legislativos, sanitarios y culturales.
La meta es clara: que las personas con discapacidad física y orgánica puedan vivir sus derechos sexuales y reproductivos de manera libre, digna y sin discriminaciones.
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