Último mes para cambiar los contadores de agua antiguos

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12/08/2025 - 17:00
España tiene que sustituir los antiguos contadores de agua

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La cuenta atrás ha comenzado: este mes de agosto finaliza el periodo legal para sustituir todos los contadores de agua fría y caliente con más de doce años de antigüedad. Así lo establece la Orden Ministerial ICT/155/2020, que se aprobó en 2020 con el objetivo de modernizar la red de medición de agua en hogares y locales comerciales.

Sin embargo, cinco años después de la entrada en vigor de la norma, las cifras revelan un grave retraso en su cumplimiento. A día de hoy, solo se ha reemplazado un 17% del total de aparatos afectados. Esto significa que cerca de dos millones de contadores aún permanecen en funcionamiento sin ajustarse al marco legal.

Este incumplimiento podría traer consecuencias importantes. La Ley de Metrología prevé sanciones de hasta 5.000 euros para quienes no hayan adaptado sus instalaciones antes de la fecha límite.

Además de exigir la renovación de los dispositivos obsoletos, la normativa prohíbe expresamente la reparación de los contadores de agua averiados. La única alternativa legal es la instalación de equipos nuevos, preferiblemente digitales, capaces de ofrecer una medición más exacta del consumo de agua.

Este modelo ya se aplica en países como Alemania, donde la eficiencia hídrica se ha convertido en una prioridad. "Con equipos nuevos, se reducen los errores de medida y se controla mejor el gasto", explica Eduardo Echarren, director comercial de la empresa Ista, especializada en soluciones de medición y eficiencia energética.

Ahorro económico y más precisión con los contadores de agua digitales

La inversión en nuevos contadores de agua no solo responde a una obligación legal: también puede traducirse en ahorro. Según datos de Ista, una familia media que gasta alrededor de 250 euros anuales en agua puede reducir su factura en un 15 % tras instalar un contador moderno. Eso equivale a un ahorro de 37,50 euros cada año.

Los dispositivos digitales también mejoran la transparencia y eliminan las discrepancias en las facturas, ya que permiten conocer el consumo real y diario con total precisión.

Más allá de los contadores de agua, España enfrenta otro desafío estructural: la pérdida masiva de agua potable antes de que llegue a su destino final. Se estima que entre el 20 % y el 30 % del agua que entra en el sistema se pierde por fugas o defectos en las infraestructuras. En algunas regiones especialmente afectadas, esa cifra puede superar incluso el 40%.

Estas pérdidas representan un doble impacto: ambiental y económico. No solo se desperdicia un recurso esencial, cada vez más escaso en el contexto actual de sequías frecuentes, sino que también se generan costes adicionales para administraciones públicas, empresas gestoras y, en última instancia, para los propios consumidores.

Tecnología para un uso responsable

Una de las principales soluciones pasa por apostar decididamente por la digitalización. La implantación de contadores de agua digitales permite lecturas remotas en tiempo real, eliminando errores humanos y estimaciones inexactas.

"Los usuarios pueden consultar su consumo diario en tiempo real a través de la plataforma Calista, disponible las 24 horas los 365 días del año", añade Echarren. Esta tecnología ofrece a los ciudadanos el control total sobre su consumo y fomenta una cultura de responsabilidad y eficiencia.

Gracias a la telemedida, es posible detectar fugas o consumos anómalos de forma inmediata, evitando sorpresas desagradables en las facturas. De hecho, estudios especializados indican que el uso de este tipo de tecnología puede reducir las pérdidas de agua hasta un 25 %, lo que representa un alivio tanto para el medio ambiente como para los presupuestos municipales.

Un cambio necesario y sencillo

El proceso de sustitución de los contadores es simple, no requiere obras ni complicadas intervenciones. Los nuevos modelos, además de ser más precisos, suelen contar con capacidades de conexión que permiten su integración en plataformas de gestión inteligente del consumo.

La adopción de estas herramientas es una tendencia al alza que se alinea con los objetivos de sostenibilidad y modernización de los servicios públicos. Renovar los contadores de agua no solo es una obligación legal, sino una oportunidad para avanzar hacia un uso más racional, justo y transparente del agua, uno de los recursos más valiosos y amenazados del siglo XXI.

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