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Un año después de la DANA miles de familias siguen sin hogar en Valencia mientras la crisis de vivienda se agrava

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30/10/2025 - 08:08
Un año tras la DANA en Valencia y miles de personas sin hogar

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Un año más tarde, las secuelas de la devastadora DANA que vivió la Comunidad Valenciana siguen muy presentes: miles de familias continúan sin hogar, las ayudas económicas se demoran y el acceso a un hogar digno se ha convertido en un desafío cada vez mayor.

Entre quienes aún no han podido rehacer su vida está Jessica Casado, vecina del municipio de Torrent. Desde hace doce meses vive junto a su marido y sus tres hijos en un piso de acogida, mientras continúa pagando la hipoteca de una casa que fue declarada inhabitable y que será demolida en los próximos días. “Llevaba veinte años luchando por pagar esa vivienda y, de la noche a la mañana, lo perdimos todo”, recuerda con tristeza.

La ayuda llegó a través del proyecto Fénix Torrent, impulsado por la organización Casa Caridad, que les ofreció alojamiento temporal y apoyo social. “Me considero una afortunada porque fui una de las primeras en acceder a uno de estos pisos”, afirma Casado, aunque reconoce que su situación sigue siendo precaria.

Casa Caridad y el “proyecto Fénix”: reconstruir desde la solidaridad un nuevo hogar

Para responder a la emergencia habitacional, Casa Caridad, entidad valenciana con más de un siglo de trayectoria en atención a personas sin hogar, adquirió once viviendas en Torrent destinadas a familias que lo perdieron todo tras la dana. La presidenta de la organización, Elena Sánchez, explicó que la iniciativa fue posible gracias a donaciones privadas y apoyo institucional que superaron los 5,8 millones de euros.

“Destinamos una parte importante de esos fondos al proyecto Fénix Torrent, que permitió comprar once viviendas para quienes se quedaron sin nada”, señaló Sánchez en declaraciones a Servimedia. El programa prioriza a los colectivos más vulnerables: familias con menores, mujeres solas, personas mayores o con discapacidad.

Las casas del proyecto Fénix no tienen un plazo fijo de estancia. “Son viviendas temporales, pero sin un límite rígido. Las familias pueden quedarse el tiempo que necesiten para recuperar la estabilidad”, aclaró Sánchez. Sin embargo, la ayuda no se limita a entregar una llave: el programa incluye apoyo psicológico, mediación laboral, orientación educativa y acompañamiento para encontrar una solución habitacional definitiva.

“El objetivo es que cada familia pase del refugio a la reconstrucción, de la emergencia a la esperanza”, enfatizó la presidenta. Según explicó, el proceso de selección de beneficiarios se realiza junto a los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Torrent, tras una evaluación exhaustiva de cada caso.

Los niños, las víctimas más frágiles de la catástrofe

Uno de los mayores motivos de preocupación es el impacto que la dana ha tenido en la infancia. Según un estudio conjunto de Save the Children y la Universidad de Valencia, más del 30 % de los niños afectados aún sufren las consecuencias del desastre un año después, lo que refleja una profunda crisis habitacional y emocional.

El informe advierte de que las secuelas no solo son materiales: los menores arrastran trastornos de sueño, ansiedad y pérdida del sentido de seguridad. Sánchez, señala que en las próximas semanas cuatro nuevas familias con hijos pequeños serán realojadas por la organización.

En la misma línea, Amnistía Internacional publicó recientemente el documento titulado “Llueve sobre mojado. La dana: impactos de la crisis climática en un escenario de crisis estructural de vivienda”. El informe recalca que alrededor de 160.000 viviendas resultaron dañadas, afectando directamente a más de 200.000 menores. “La catástrofe meteorológica puso de manifiesto la magnitud de la vulnerabilidad habitacional que ya existía en la región”, señaló la ONG.

Mientras las ayudas públicas siguen sin llegar a muchas familias, los precios del alquiler se han disparado en los municipios que acogieron a los damnificados. En este contexto, numerosas familias se han visto obligadas a mudarse con parientes o desplazarse a otras ciudades, sin saber cuándo podrán regresar a su hogar.

La presidenta de Casa Caridad advierte que la falta de certeza y los plazos indefinidos para la reconstrucción “erosionan la salud emocional” de los afectados. “Hay personas que llevan más de un año esperando volver a su hogar”, comenta.

La crisis ha provocado un fenómeno creciente: el abandono de los llamados “pueblos dana”, las localidades más golpeadas por las inundaciones. Con casas vacías y calles desiertas, muchas de estas zonas rurales sufren un éxodo silencioso hacia municipios con más recursos e infraestructuras. “Recuperar esos pueblos requiere inversión y esperanza. Donde vuelve la vida, vuelve la comunidad”, reflexionó Sánchez.

Una llamada a la acción y al compromiso institucional

Para revertir la situación, Casa Caridad reclama mayor coordinación institucional, fondos ágiles y medidas de regulación temporal del mercado de alquiler, además de una promoción activa de la vivienda social. Sánchez insiste en que los 13 municipios más afectados deben recibir refuerzo técnico y financiero inmediato.

“No se puede esperar meses cuando el agua se lo ha llevado todo”, afirmó. Según la presidenta, es urgente simplificar licencias, acelerar informes y priorizar la emergencia habitacional. “La burocracia no puede frenar la reconstrucción ni permitir que la solidaridad se convierta en negocio”, concluyó.

Esperanza entre los escombros

Un año después de la tragedia, Jessica Casado sigue cruzando cada día por delante de los restos de su antiguo hogar. A pesar del dolor, intenta mantener la esperanza: “Esperamos que algún día lleguen las ayudas y podamos comprar un piso pequeño para empezar de nuevo”.

Su testimonio refleja el sentir de miles de familias que, pese a las adversidades, continúan luchando por recuperar aquello que el agua les arrebató: un hogar, un futuro y la sensación de pertenecer a un lugar.

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