Las cuevas de sal podrían utilizarse para el almacenamiento del hidrógeno verde

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20/04/2022 - 11:01
Infografía sobre las cuevas de sal y la extracción de hidrógeno de ellas

Lectura fácil

El almacenamiento subterráneo, en cuevas de sal y medios porosos, es la única manera de gestionar el almacenamiento a gran escala de energías renovables, n vector energético que cada día queda más claro que va a formar parte del mix de la energía que usaremos en el futuro.

Según IRENA, la Agencia Internacional para las Energías Renovables, en su informe 'Perspectivas de la Transición Energética' de 2022, el hidrógeno supondrá el 10 % en el camino hacia la reducción de temperatura establecida para 2050.

La importancia del almacenamiento de hidrógeno

El hidrógeno está emergiendo como una opción de combustible bajo en carbono para el transporte, la generación de electricidad, las aplicaciones de fabricación y las tecnologías de energía limpia que pueden acelerar la transición del planeta hacia una economía baja en carbono.

El desafío clave en este punto es garantizar el almacenamiento seguro y eficaz de hidrógeno. Será necesario el almacenamiento de hidrógeno a gran escala a medida que avancemos hacia una economía de energía limpia. Sin embargo, el almacenamiento de hidrógeno subterráneo de gran volumen ha demostrado ser seguro y efectivo solo en estructuras de domos o cuevas de sal.

¿Dónde podemos encontrar cuevas de sal que sirven para almacenar hidrógeno?

No todas las regiones y áreas del mundo tienen los prerrequisitos geológicos adecuados para el almacenamiento de hidrógeno en cuevas de sal.

Una idea de almacenamiento que la empresa energética Vattenfall, la minera estatal sueca LKAB y la acerera Swedish Steel AB van a comenzar a aplicar a lo largo de este año en el subsuelo cercano a su factoría de hidrógeno renovable de Lulea, al norte de Suecia, en el complejo industrial que denominan HYBRIT (cuyo objetivo principal es la fabricación de acero cero emisiones. La industria del acero supone el 7% de todas las emisiones globales de CO2, según estas mismas empresas). Este hidrógeno se llama verde porque usa energías renovables como la solar o la eólica en el consumo energético que su producción (electrolisis del agua) necesita. Pero una vez producido, ese gas necesita tanques muy voluminosos para su almacenamiento, que resultan caros, requieren un mantenimiento, están expuestos a la acción de los elementos... de modo que el subsuelo terrestre es una de las alternativas más atractivas para su depósito. Se trata de la aplicación inversa de la idea de la extracción de gases fósiles que llevamos practicando desde hace decenas de años.

Y una opción aún más interesante son las cuevas de sal, que son más sencillas de excavar por lo que su coste y el tiempo necesario se reduce de forma drástica frente a las minas de roca. El proceso es perforar primero una serie de tuberías e inyectar agua para que disuelva la sal, extrayendo con posterioridad la salmuera resultante. Además son más herméticas, aunque esta nueva mina va a contar con un nuevo sistema de sellado con acero de las paredes de la misma. Tampoco se puede decir que esta sea una tecnología completamente nueva, pues el revestimiento de cavernas para almacenamiento de gases es un sistema ya probado y utilizado desde hace más de veinte años.

La idea surgió nada menos que en 2016, aunque no tomó definitivamente forma hasta 2019 cuando la Agencia Sueca de la Energía dedicó 50 millones de coronas suecas (unos 48 millones de euros) para su financiación en 2019. Estas bodegas ya se están terminando de excavar y revestir a una profundidad de entre 25 y 35 metros de profundidad. De hecho está prevista su entrada en funcionamiento a lo largo de este año, en un primer almacén piloto de 100 metros cúbicos, que supondría aproximadamente a la cantidad de energía a la electricidad consumida por 20 hogares estándar a lo largo de todo un año. Por su parte, la fabricación de acero libre de emisiones sustituyendo la quema de carbón por el uso de hidrógeno verde -un material básico y requerido por la industria de automoción en su camino hacia la descarbonización- se practicará en HYBRIT en un primera prueba piloto en los próximos dos años.

¿Es posible en España?

La respuesta es que sí, porque nuestro país tiene potencial. Según el estudio 'Technical Potential of Salt Caverns for Hydrogen Storage in Europe' nuestro país cuenta con un total de 24 cuevas de sal. De ellas la más importante es la llamada Montaña de Sal de Cardona en la comarca del Bages, Barcelona.

Se trata de una extensión de terreno de unos 1,800 metros de longitud y unos 600 de ancho con forma de elipse alargada, cuya superficie total cuenta con unas 100 hectáreas. Lo mejor es que en algunas áreas el contenido de sal alcanza los 300 metros, lo que la convierte en un reservorio ideal ya que se estima que, por seguridad, las paredes de la “bodega” deben de tener al menos el 75 % del diámetro de la misma.

El único problema de estas cuevas de sal pueden ser los movimientos sísmicos. En España contamos con un primer intento de desarrollar algo similar que fue la mina de Castor, situada en Amposta, que pretendía utilizar como reservorio un antiguo yacimiento petrolífero ya agotado. Esta iniciativa tuvo que descartarse ya que el Instituto Geológico y Minero y el Instituto Geográfico Nacional, detectaron posibles movimientos sísmicos en la zona, lo que hizo que el proyecto quedase descartado en septiembre de 2013.

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