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Viajar ya no es tan barato como antes. Algunos destinos que hace solo unos años eran sinónimo de aventura accesible y vacaciones a buen precio, hoy sorprenden por sus tarifas elevadas. La globalización del turismo, el auge de las plataformas de alquiler y la inflación han transformado el mapa de los viajes económicos.
Algunos lugares que antes eran una joya para mochileros y viajeros con bajo presupuesto ahora exigen una cartera más abultada. ¿Qué pasó con esos destinos “baratos”?
Viajar ya no es sinónimo de barato: destinos que se dispararon en precio
Hace apenas una década, algunos lugares del mundo eran el paraíso del viajero con presupuesto limitado. Playas paradisíacas, ciudades llenas de historia y alojamientos económicos hacían posible vivir grandes experiencias sin vaciar la cuenta bancaria. Hoy, sin embargo, ese panorama ha cambiado radicalmente.
La inflación, el auge del turismo internacional y la especulación inmobiliaria han encarecido muchos de estos destinos. Veamos cuatro ejemplos donde el precio ya no acompaña a la fama.
Croacia: del secreto mejor guardado al Mediterráneo más caro
Durante años, Croacia fue considerada una alternativa más económica a destinos como Italia o Grecia. Pero esa percepción ya quedó atrás. Desde su incorporación al euro en 2023, los precios han escalado con fuerza. El coste de la vida, especialmente en la costa dálmata, se ha disparado.
Varios hoteles, restaurantes y servicios turísticos han visto subidas superiores al 50 % en algunas zonas. Ciudades como Dubrovnik se han vuelto prohibitivas para muchos viajeros, afectadas también por el turismo de cruceros y la presión sobre la infraestructura local.
Portugal: del encanto accesible a la saturación turística
Lisboa y Oporto eran, no hace mucho, los destinos ideales para quienes buscaban encanto europeo a precios razonables. Pero en los últimos años, la fama ha traído consecuencias. El auge del teletrabajo, la llegada masiva de turistas estadounidenses y la proliferación de apartamentos turísticos han empujado los precios al alza.
Lisboa, por ejemplo, es hoy una de las ciudades europeas más caras para alquilar una vivienda vacacional. Y aunque el país sigue siendo hermoso y acogedor, ya no es la ganga que solía ser.
Argentina: un destino cambiante y cada vez menos predecible
Argentina solía atraer a muchos viajeros europeos por su naturaleza, cultura y precios bajos. Sin embargo, la inestabilidad económica ha generado un panorama incierto. A pesar de la devaluación del peso, los precios para el turismo extranjero han aumentado.
Comer en un restaurante en Buenos Aires o comprar ropa puede ser tan caro —o más— que hacerlo en España. Además, la dualidad del tipo de cambio y la inflación interna dificultan la planificación de un viaje asequible.
Andalucía: éxito turístico con costes en alza
En el sur de España, Andalucía siempre fue un destino popular tanto para nacionales como para extranjeros. Pero el crecimiento del turismo internacional ha traído consigo una notable subida de precios. En zonas como la Costa del Sol o Cádiz, el precio medio de una noche de hotel en temporada alta ha crecido de forma sostenida en los últimos años.
Málaga y Sevilla, con aeropuertos cada vez más conectados, reciben más turistas que nunca, pero también han visto aumentar los alquileres turísticos y el coste general de los servicios.
¿Dónde sigue siendo barato viajar?
Aunque muchos destinos tradicionales ya no lo sean, aún existen alternativas económicas. Países como Albania, Turquía, Marruecos y Georgia ofrecen paisajes increíbles, cultura rica y precios mucho más bajos. Lejos del turismo de masas y sin los costes inflados, estos lugares permiten revivir ese espíritu de viaje accesible que muchos extrañan.
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