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España afronta un repunte de enfermedades digestivas y la respiración puede ayudar

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11/09/2025 - 12:00
Repunte de las enfermedades digestivas

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En España, las enfermedades digestivas están en aumento y muchos pacientes experimentan molestias persistentes sin un diagnóstico claro. Expertos señalan que, además de la alimentación y el estilo de vida, aprender a respirar correctamente podría ser una herramienta clave para aliviar estos síntomas y mejorar la salud intestinal.

Las enfermedades digestivas crecen en España

En España, las enfermedades digestivas están creciendo, y un gran número de personas sufren molestias continuas sin que se identifique la causa. Especialistas destacan que, además de cuidar la alimentación y mantener hábitos de vida saludables, dominar técnicas de respiración adecuadas puede convertirse en un recurso eficaz para reducir estas molestias y favorecer el bienestar intestinal.

Muchas personas experimentan molestias abdominales persistentes sin que exista un diagnóstico claro. Entre los síntomas más habituales se encuentran la hinchazón, la distensión y la sensación de pesadez después de comer.

Según los especialistas, algunas de estas molestias podrían explicarse por un fenómeno conocido como disinergia diafragmática, que altera la manera en que el diafragma se mueve durante la respiración.

Pablo Vega, médico digestivo y coordinador de la unidad de Enfermedades Inflamatorias Intestinales del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, explica: "Al respirar, algunas personas realizan movimientos anómalos que hacen que el diafragma descienda y el abdomen se protruya. Estamos viendo que este es un subtipo de pacientes con síntomas digestivos que podrían no necesitar tratamiento farmacológico, sino un enfoque basado en terapia y respiración. Enseñarles a respirar correctamente puede mejorar notablemente su bienestar".

Influencia del estilo de vida

El aumento de enfermedades digestivas en España y en otros países occidentales tiene mucho que ver con los cambios en nuestro estilo de vida. La llamada occidentalización ha modificado nuestros hábitos alimenticios.

Cada vez se consumen más productos precocinados, comidas fuera de casa, azúcares, carbohidratos refinados y carnes rojas. Estos alimentos se asocian con inflamación crónica de bajo grado, un factor que favorece la aparición de diversas enfermedades digestivas.

Además de la dieta, la falta de actividad física y el tiempo reducido al aire libre influyen en la salud digestiva. El contacto limitado con entornos naturales y con microorganismos presentes en la tierra puede afectar al sistema inmune, haciendo que responda de manera exagerada a sustancias que antes eran toleradas.

El papel de la exposición ambiental

Cada vez vivimos más en entornos urbanos y menos en el rural, y tendemos a higienizarlo todo. Los biberones, chupetes y juguetes se esterilizan de manera casi constante, y los parques de arena, donde los niños solían jugar y entrar en contacto con bacterias benignas, son menos frecuentes.

Este alejamiento del medio natural provoca que el organismo genere respuestas no adaptativas, lo que contribuye al desarrollo de enfermedades digestivas.

El doctor Vega señala que estas respuestas del sistema inmune pueden ser sutiles pero persistentes, dando lugar a síntomas digestivos que afectan la calidad de vida sin que se identifique un desencadenante concreto.

Respiración y bienestar intestinal

Las investigaciones recientes sugieren que trabajar en la respiración puede ser un recurso útil. Por ello, aprender a respirar correctamente permite que el diafragma se mueva de manera natural, reduciendo la distensión abdominal y aliviando molestias. En muchos casos, esta técnica puede complementar otras estrategias, como la mejora de la alimentación o la reducción del estrés.

La prevención y el manejo de las enfermedades digestivas requieren una mirada integral: no se trata solo de medicamentos, sino también de hábitos cotidianos que influyen directamente en nuestro bienestar intestinal. Comprender la relación entre respiración, alimentación y contacto con el entorno puede ser clave para reducir la incidencia de estas condiciones.

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