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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha confirmado este jueves la adhesión de España al programa PURL (Lista de Requerimientos Prioritarios de Ucrania, por sus siglas en inglés), una iniciativa de la OTAN creada para garantizar el suministro de material bélico a Ucrania tras el anuncio de Donald Trump de que Estados Unidos dejaría de entregar armamento de forma gratuita.
La noticia se produce en un momento de tensión diplomática, especialmente con Washington y la Alianza Atlántica, debido a la negativa de España a destinar el 5 % de su PIB a defensa, tal y como ha criticado el propio Trump.
El PURL, una respuesta al giro de EE. UU.
El programa PURL nació como una solución de los aliados europeos para seguir apoyando militarmente a Kiev después de que Trump, a diferencia de su predecesor Joe Biden, manifestara que no estaba dispuesto a entregar armamento sin coste. A través del programa, los países miembros compran material bélico a Estados Unidos para luego suministrarlo a Ucrania.
Sánchez hizo el anuncio a su llegada a la reunión del Consejo Europeo en Bruselas, subrayando que "España es un aliado fiable" en respuesta a las recientes críticas de Trump, quien volvió a cargar contra el país por "no jugar en equipo" al ser el único que se ha manifestado en contra de la inversión del 5 % del PIB en defensa.
Según ha trascendido, Sánchez abordó este asunto el martes en una conversación telefónica con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, el mismo día en que acordaron una nueva reunión y en el que el líder ucraniano agradeció el envío de 70 generadores españoles para la reconstrucción del sistema energético ucraniano ante los bombardeos rusos. De hecho, ya el lunes, el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiham, había destacado la "importante contribución de España a los programas PURL" tras un encuentro con su homólogo español, José Manuel Albares, aunque el Gobierno mantuvo silencio hasta ahora.
Aliviar las tensiones con Washington
La decisión de España de unirse al PURL llega en un momento delicado en su relación con la OTAN y, en particular, con Estados Unidos. Con este movimiento, Moncloa busca aliviar las tensiones, aunque aún no se ha revelado la cifra que España destinará al programa.
El programa PURL se activó en agosto con la preparación de cuatro paquetes de armamento estadounidense valorados en unos 2.000 millones de dólares, financiados inicialmente por países como Alemania, Países Bajos, Canadá, Dinamarca, Noruega y Suecia. Posteriormente, a finales de septiembre, otras naciones como Bélgica, Lituania, Letonia, Estonia, Islandia, Finlandia y Luxemburgo negociaron su adhesión, que se hizo oficial el 15 de octubre.
Desde Moncloa han recalcado que la participación de España en esta iniciativa responde al "compromiso de ayudar al pueblo ucraniano el tiempo que sea necesario", hasta que Vladímir Putin "detenga su agresión cruel e ilegal y se alcance una paz justa y duradera".
A pesar de la adhesión al Lista de Requerimientos Prioritarios de Ucrania, la controversia sobre la inversión en defensa persiste. Este mismo jueves, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, tras reunirse con Trump, insistió en que España no podrá cumplir los objetivos de capacidad exigidos por la Alianza invirtiendo menos del 3,5 % del PIB, contradiciendo la postura de Madrid, que argumenta poder cumplir con solo un 2,1 %. "Pronto sabremos quién está en lo correcto", sentenció Rutte. No obstante, la entrada en el PURL representa un paso firme en el apoyo a Ucrania.
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