Más del 70 % de las familias con hijos con discapacidad enfrentan el diagnóstico sin apoyo

Sentirse solo ante el diagnóstico de la discapacidad de un hijo es una experiencia común, pero poco visibilizada. Según un reciente informe de la Fundación Adecco, más del 70 % de las familias afirman enfrentarlo sin apoyo suficiente, sumidas en emociones como miedo, tristeza y desorientación.

Este estudio pone sobre la mesa una realidad invisible que exige atención urgente: el impacto emocional, social y económico que supone criar a un hijo con discapacidad sin una red de acompañamiento adecuada.

Familias frente al diagnóstico: miedo, soledad y fortaleza

Recibir el diagnóstico de discapacidad de un hijo es, para muchas familias, un momento profundamente difícil. Según el informe Discapacidad y Familia, elaborado por la Fundación Adecco, el 72,5 % de los hogares afirman haberse sentido solos y desbordados tras conocer esta realidad. El estudio, presentado encuestó a 364 hogares con el objetivo de visibilizar los retos, emociones y necesidades que enfrentan.

La noticia llega sin manuales ni preparación previa. Entre los sentimientos más frecuentes, el miedo lidera la lista, afectando al 93,4 % de los encuestados. Le siguen la desorientación (84,2 %), la tristeza (78,8 %) y una aguda sensación de soledad (73,3 %). Estos datos revelan que el primer impacto emocional es abrumador y que muchas familias atraviesan este proceso sin el acompañamiento adecuado.

A pesar de que un tercio de las familias afirma contar con algún tipo de ayuda profesional, muchas expresan una necesidad urgente de mayor contención social. Un 12,8 % se encuentra completamente solo, sin apoyo de instituciones, profesionales ni entorno cercano. Esta falta de red refuerza sentimientos como la frustración (62,3 %), la ansiedad (57,1 %) y el miedo al juicio de los demás (45,8 %). Además, muchas madres y padres cargan con una sensación de sobreexigencia (40 %) e incluso culpa (28,8 %).

Acompañamiento desde el inicio

Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, resalta que “el acompañamiento desde el primer momento es crucial para que los familiares puedan vivir la discapacidad de una forma más positiva y centrada en las capacidades de sus hijos”. En su opinión, una intervención temprana no solo reduce el sufrimiento emocional, sino que también favorece el desarrollo personal y la integración futura de los menores.

A pesar del dolor inicial, muchos familiares logran transformar esa experiencia en un camino de crecimiento. El estudio destaca la aparición de valores positivos como el amor incondicional (95,2 %), la resiliencia (84,2 %) y la capacidad de adaptación (87,5 %). También se fortalecen la paciencia (69,2 %) y el aprendizaje vital (54,9 %), señales de que, en medio de la adversidad, muchas desarrollan herramientas emocionales valiosas.

Conciliación y empleo: retos pendientes

Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan estos familiares es la conciliación entre el trabajo y el cuidado. El 62,3 % señala sentirse sobrecargado física y mentalmente. Además, el 33 % echa en falta redes de apoyo y el 25,3 % denuncia la falta de medidas reales de conciliación en las empresas. El 35,2 % ha reducido su jornada laboral, el 11 % ha dejado su empleo y el 15,4 % ha solicitado ayudas como la prestación CUME.

Aunque más de la mitad de los hogares no atraviesa dificultades económicas graves, el 43,7 % sí lucha para llegar a fin de mes. Pero es el impacto emocional y social el que más pesa: el 80 % de las familias señala estas dimensiones como los principales obstáculos en su camino.

Este informe evidencia la necesidad de construir redes de apoyo sólidas y políticas inclusivas que permitan a las familias vivir la discapacidad con esperanza, sin renunciar a su bienestar ni al futuro de sus hijos.