Los países ricos desgastan los recursos naturales a manos llenas

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08/03/2024 - 12:00
Los países ricos y su nivel de explotación de recursos naturales

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Las naciones ricas utilizan seis veces más recursos naturales y generan 10 veces más impactos climáticos que los países pobres, lo que supera “con creces” las necesidades humanas y la capacidad de la naturaleza.

Esos datos figuran en el informe ‘Perspectivas de los recursos mundiales 2024’, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y el Panel Internacional de Recursos (IRP, por sus siglas en inglés), y dado a conocer este viernes coincidiendo con la última jornada de la VI Asamblea de las naciones Unidas para el Medio Ambiente, conocida como UNEA-6 y que se celebra desde el pasado lunes en Nairobi (Kenia).

El informe recomienda definir rutas de uso de los recursos naturales, incorporar opciones de consumo sostenible y crear modelos de negocio circulares y de bajo impacto

La extracción de los recursos naturales de la Tierra se triplicó en las últimas cinco décadas por la construcción masiva de infraestructuras en muchas partes del mundo y los altos niveles de consumo de materiales, especialmente en los países de ingresos medianos altos y altos.

Se espera que la extracción de materiales aumente un 60% para 2060 y podría descarrilar los esfuerzos para lograr no solo los objetivos globales en materia de clima, biodiversidad y contaminación, sino también la prosperidad económica y el bienestar humano, según el informe.

Los autores del informe exigen “cambios radicales para que la humanidad viva dentro de sus posibilidades” y reduzca en un tercio el crecimiento proyectado de uso de recursos naturales, al tiempo que crece la economía, mejora el bienestar y minimiza los impactos ambientales.

“La triple crisis planetaria de cambio climático, pérdida de naturaleza y contaminación está impulsada por una crisis de consumo y producción insostenibles. Debemos trabajar con la naturaleza, en lugar de simplemente explotarla”, según Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma.

Andersen añadió: "Reducir la intensidad de los recursos de los sistemas de movilidad, vivienda, alimentación y energía es la única manera de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y, en última instancia, un planeta justo y habitable para todos".

En el centro del uso de los recursos naturales del planeta hay desigualdades, puesto que los países pobres consumen seis veces menos materiales y generan 10 veces menos impactos climáticos que las naciones ricas.

Los países de ingresos medianos altos han más que duplicado el uso de recursos en los últimos 50 años debido a su propio crecimiento en infraestructura y a la reubicación de procesos intensivos en recursos desde los países ricos. Al mismo tiempo, el uso de recursos per cápita y los impactos ambientales relacionados en los países pobres se han mantenido relativamente bajos y casi sin cambios desde 1995.

Incorporar externalidades ambientales en los acuerdos comerciales, fortalecer la regulación de los mercados financieros de productos básicos e implementar políticas de ajuste fronterizo relacionadas con el impacto son algunas formas que los países pueden adoptar para evitar “una carrera hacia el abismo” en los estándares ambientales y sociales de extracción de recursos, indican los autores.

“No debemos aceptar que satisfacer las necesidades humanas deba requerir muchos recursos naturales y debemos dejar de estimular el éxito económico basado en la extracción. Con una acción decisiva por parte de los políticos y el sector privado, es posible una vida digna para todos sin que le cueste mucho a la Tierra”, afirmó Janez Potočnik, copresidente del Panel Internacional de Recursos.

Una vida digna para todas las economías

Con ello, se transformarían el entorno construido, la movilidad y los sistemas alimentarios y energéticos, lo que aumentará las energías renovables y la eficiencia energética y la descarbonización de la producción material, creará ciudades más transitables a pie y en bicicleta, y con mejor transporte público y oportunidades de trabajo remoto, así como menos pérdida y desperdicio de alimentos.

Los países de ingresos altos y medianos altos verían un cambio en su dieta al alejarse de la proteína animal, mientras que las economías más pobres experimentarían un aumento en el uso de recursos para permitir una vida digna.

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