Treinta años de avances frente al VIH en España y el estigma sigue siendo el gran reto pendiente

El Congreso de los Diputados acogió este miércoles un acto de especial relevancia para la salud pública en España: la conmemoración del 30º aniversario del Grupo de Estudio del Sida (GeSIDA), integrado en la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). En este marco institucional, expertos sanitarios, responsables políticos, representantes del movimiento asociativo y miembros de la industria farmacéutica coincidieron en destacar los importantes progresos científicos logrados frente al VIH durante las últimas tres décadas. Sin embargo, también lanzaron un mensaje claro y compartido: el estigma social sigue siendo uno de los principales obstáculos para avanzar en el control integral de la infección.

A lo largo de la jornada se insistió en que, aunque hoy es una infección crónica controlable gracias a los tratamientos disponibles, la discriminación continúa afectando de manera directa a la calidad de vida, las oportunidades y los derechos de muchas personas. En España se siguen diagnosticando más de 3.000 nuevos casos cada año y cerca de la mitad corresponden a diagnósticos tardíos, una realidad que evidencia que los retos no son solo médicos, sino también sociales y estructurales.

Una exposición para combatir la discriminación contra el VIH

El aniversario de GeSIDA se celebró con una jornada institucional y con la inauguración de la exposición ‘Ternura, besos y abrazos contra el estigma’, una iniciativa simbólica que puso el foco en la dimensión humana del VIH. La muestra sirvió como punto de encuentro entre ciencia, política y activismo, subrayando que los avances clínicos no siempre van acompañados de una evolución social equivalente.

Durante el acto, se recordó que el miedo y los prejuicios siguen presentes, incluso en un contexto en el que los tratamientos antirretrovirales han transformado radicalmente el pronóstico de la infección. Los participantes coincidieron en que erradicar el estigma es una condición indispensable para mejorar la prevención, facilitar el diagnóstico precoz y garantizar una atención equitativa.

La presidenta de GeSIDA, la doctora María Velasco, puso voz a una de las ideas centrales de la jornada al señalar que es una enfermedad que “está clínicamente controlado, pero sigue profundamente marcado por factores sociales”. En su intervención, defendió el papel del grupo como un referente en investigación y formación, así como su compromiso permanente con la defensa de la dignidad y los derechos de las personas con VIH.

Velasco recordó que GeSIDA ha contribuido de forma decisiva a la mejora de la atención clínica en España y al desarrollo de guías y estudios que han tenido impacto internacional. No obstante, insistió en que el avance científico debe ir acompañado de políticas públicas y acciones sociales que aborden la discriminación de forma directa.

La inauguración de la jornada corrió a cargo del secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, quien subrayó que el éxito de la respuesta a la enfermedad en España no puede entenderse sin el trabajo constante de los profesionales sanitarios y de grupos científicos como GeSIDA. Padilla defendió la necesidad de políticas públicas que integren la equidad y la lucha contra la discriminación como ejes centrales de la estrategia frente al VIH.

En la misma línea, el periodista y activista Emilio de Benito alertó de que el estigma sigue actuando de manera silenciosa, condicionando vidas y oportunidades sin que siempre sea visible en los debates públicos.

Tres décadas de evolución terapéutica

La primera mesa redonda estuvo dedicada a repasar los avances logrados en los últimos 30 años en la atención a la enfermedad. El doctor Santiago Moreno, primer presidente de GeSIDA, destacó la profunda evolución de los tratamientos antirretrovirales, que hoy permiten a las personas tener una esperanza de vida similar a la de la población general.

Por su parte, el doctor José María Miró puso en valor la aportación científica de GeSIDA, que ha situado a España como una referencia internacional en investigación clínica y en el manejo integral de la infección. Desde el Ministerio de Sanidad se remarcó también la importancia de la colaboración entre administraciones, profesionales sanitarios y sociedad civil como uno de los pilares del progreso alcanzado.

Representantes políticos y del movimiento asociativo coincidieron en la necesidad de mantener el consenso institucional en torno al VIH, garantizar una atención homogénea en todo el territorio y reforzar las estrategias contra el estigma. Desde la entidad Apoyo Positivo se advirtió de que los avances biomédicos no siempre se traducen en mejoras sociales reales para las personas afectadas.

La industria farmacéutica, por su parte, defendió una innovación centrada en la simplificación de los tratamientos y en responder a las necesidades reales de los pacientes, destacando la importancia de seguir invirtiendo en investigación.

Mirando al futuro: los próximos 30 años

La segunda mesa redonda abordó los desafíos que marcarán las próximas décadas. Entre ellos, se señaló la importancia de ampliar el acceso a la profilaxis preexposición (PrEP), atender al envejecimiento de las personas con VIH y avanzar hacia modelos de atención más personalizados. Desde el ámbito parlamentario se remarcó que el estigma continúa siendo un problema de salud pública, mientras que las asociaciones reclamaron más educación social y una mayor formación sanitaria.

La clausura del acto estuvo a cargo de Rafael Belmonte, secretario segundo de la Comisión de Sanidad del Congreso, quien defendió el papel del Parlamento como un espacio de apoyo a iniciativas que combinan ciencia, compromiso social y defensa de los derechos. Su intervención cerró una jornada que, más allá de celebrar los avances logrados, dejó claro que la lucha contra el VIH sigue teniendo una asignatura pendiente: erradicar el estigma que aún pesa sobre miles de personas.